
Rusia contrata a personas del sur del mundo para combatir en Ucrania. Y no solo atrae a las personas con salarios altos. DW habló con algunas personas sobre sus experiencias.
El joven de 21 años de Sri Lanka, quien firmó un contrato con el Ministerio de Defensa ruso, no se basó en la idea de que sería destinado a liderar Ucrania. Otro hombre de Esrilanqué le informó sobre la oportunidad de unirse al Ejército ruso, informándole que después de un año de servicio, sus padres tendrían la ciudadanía rusa. Según él, uno no era enviado al frente, sino que era empleado como asistente. Firmó un contrato en febrero y recibió de inmediato el equivalente a 2.000 dólares. Se le ofreció un salario de $2,300 además de diversos beneficios.
El adolescente explica que se vio obligado a firmar un acuerdo con el ejército para que su situación fuera legalizada en Rusia. Después de sufrir heridas y ser capturado en Ucrania, estuvo dispuesto a contar su historia a DW, sin revelar su nombre. Habló con la ayuda de una intérprete telefónicamente conectada y bajo la observación de militares ucranianos que no intervinieron.
De carnicero a Soldado
Debido a la difícil situación económica en Sri Lanka, obtuvo una autorización para trabajar en Rusia. Trabajó en una carnicería rusa durante un año y, después de obtener su visa, se trasladó ilegalmente a Moscú para trabajar en un restaurante de comida rápida durante un año más. Después, se unió al ejército.
Después de tan solo dos meses, se mudó a las afueras de Donetsk, una ciudad ocupada por Ucrania. Le comenté al comandante que deseaba volver a Sri Lanka, pero me informó que esto era imposible y que, de acuerdo con mi contrato, si huía, tendría la posibilidad de pasar 15 años en prisión en Rusia. Según él, también había personas de Nepal, India, Kirguistán y Tayikistán en su unidad. Durante cinco días, solo estuvo en el frente una vez. En ese lugar sufrió lesiones y fue capturado como prisionero.
En junio, la agencia Bloomberg informó que Rusia ha obligado a miles de trabajadores migrantes y estudiantes extranjeros a unirse a la guerra contra Ucrania, amenazando con negarles sus visas.




