El Ministerio de Defensa de Rusia informó que a partir de octubre serán llamados a filas 135.000 jóvenes para cumplir con el servicio militar obligatorio. Este número representa el mayor reclutamiento en otoño desde 2016 y llega en medio de la prolongada invasión en Ucrania, que ya supera los tres años. Mientras Moscú asegura que no enviará a los conscriptos al frente de batalla, analistas internacionales advierten que la medida es una estrategia para reforzar la capacidad militar en un momento crítico. Organizaciones de derechos humanos denuncian además que muchos jóvenes son reclutados bajo presión y con escasas garantías.
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