Europa tiembla. Rusia solicitó hoy una sesión del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas para este jueves 29 de septiembre con el fin de debatir las fugas detectadas en los gasoductos rusos Nord Stream y Nord Stream 2 en el mar Báltico. La fuga de gas causará un desastre climático de proporciones incalculables tras el escape de gas metanos, según ecologistas.
«Rusia pidió una sesión urgente del Consejo de Seguridad de la ONU en relación a los sabotajes contra dos líneas del Nord Stream. Esperamos su celebración mañana», informó en su canal de Telegram hoy Dmitri Polianskiy, embajador adjunto de Rusia ante Naciones Unidas.
María Zajárova, portavoz de Exteriores de Rusia, ya había anunciado la intención de Moscú de solicitar una reunión en el Consejo de Seguridad de la ONU «en relación a las provocaciones contra los gasoductos Nord Stream y Nord Stream 2».
El primer Nord Stream, con una capacidad de 55.000 millones de metros cúbicos de gas al año, está detenido tras alegar Rusia una fuga de aceite en la única estación compresora rusa que aún estaba en funcionamiento. Y el Nord Stream 2 nunca llegó a operar debido al bloqueo por parte de Berlín de la infraestructura incluso antes de la intervención bélica rusa en Ucrania.
Ambos gasoductos están llenados de gas y deben por tanto mantener una presión estable.
La operadora del gasoducto Nord Stream indicó hoy que todo sugiere que se han producido «daños físicos» en la infraestructura energética, y aseguró que ha comenzado a movilizar todos los recursos necesarios para estudiar las causas del incidente.
Suecia, Dinamarca, Alemania, la Unión Europea y la Otan han afirmado que las fugas son causa de un «acto intencionado» y de un «sabotaje«.
El Kremlin calificó hoy de «tontas y absurdas» las acusaciones europeas de que Rusia podría estar detrás de los daños detectados en los gasoductos Nord Stream 1 y 2.
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Desastre Climático:
El metano está considerado como un emisor clave de gases de efecto invernadero, por lo que la comunidad científica se esfuerza por hacer algún tipo de previsión sobre los efectos de la triple fuga en el Nord Stream 1 y el Nord Stream 2. Ambas tuberías contienen gas a presión, pese a no estar actualmente en funcionamiento.
El científico David McCabe, experto de la organización Clean Air Task, advierte de que, a 20 años vista, «una tonelada de metano tiene un impacto climático que es más de 80 veces superior que el dióxido de carbono». Esto hace que la fuga actual sea «muy preocupant», según la agencia Bloomberg.
La ONG Greenpeace ha elevado esta estimación, y la equipara a 30 millones de toneladas de dióxido de carbono.
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