Los rumores sobre la supuesta muerte de Raúl Castro, líder histórico del castrismo de 94 años, volvieron a circular con fuerza en el exilio cubano en Estados Unidos. Aunque no hay pruebas que respalden la noticia, su relevancia radica en el contexto actual: la crisis interna en Cuba, el debilitamiento de su sistema comunista y la presión militar estadounidense sobre Venezuela, su principal aliado.
El origen de esta versión apunta a que Raúl habría sido trasladado al Centro de Investigaciones Médico Quirúrgicas (Cimeq). Sin embargo, expertos aseguran que el protocolo habitual lo remite a instalaciones especiales en la Plaza de la Revolución. A lo largo de los años, al líder cubano se le ha dado por muerto en diversas ocasiones, reflejo de la atención mediática y política que despierta su avanzada edad.
Analistas como Juan Antonio Blanco explican que la especulación es comprensible, dado que Raúl ya superó la edad promedio de longevidad de su familia. No obstante, advierten que este tipo de rumores adquieren mayor peso en medio de la crisis venezolana y la creciente hostilidad de Estados Unidos. La falta de información oficial desde La Habana alimenta aún más la incertidumbre.
En paralelo, la situación política se intensifica. El gobierno de Trump endureció su discurso al denunciar la represión del régimen cubano y rendir homenaje a opositores como Luis Manuel Otero Alcántara, lo que fue interpretado como una escalada diplomática. Mientras tanto, La Habana insiste en respaldar políticamente a Caracas, aunque aclara que no entrará en guerra contra Washington.
Finalmente, la alianza entre Cuba y Venezuela —denominada “Cubazuela”— se encuentra en una encrucijada. Ambos regímenes comparten estrategias de inteligencia, economía ilícita y apoyo mutuo, pero enfrentan la presión directa de Estados Unidos. Lo que se discute dentro del castrismo es si un conflicto militar en Venezuela podría arrastrar a Cuba, aunque las declaraciones oficiales apuntan a evitar un involucramiento mayor.
