En el Coliseo Álvaro Sánchez Silva de Neiva, cada semana se libra una batalla distinta: no se trata de goles ni medallas, sino de superación. Allí entrenan los Espartanos, un grupo de deportistas con discapacidad que han encontrado en el rugby en silla de ruedas una razón para soñar.
Jaime Moreno, presidente del Club Deportivo Espartanos, relata con sinceridad el panorama actual: “Somos un equipo joven, estamos construyendo la base, pero nos enfrentamos a muchas barreras, sobre todo económicas. Luchamos con las uñas”.
Trabajo silencioso
Aunque los grandes títulos aún no llegan, los Espartanos ya dieron su primer paso este 2025. Participaron en una copa en Ibagué durante abril y ahora se preparan para el torneo preclasificatorio rumbo a los Juegos Paranacionales, programado para septiembre en Bogotá.
“Los otros equipos llevan años de ventaja. Nosotros estamos empezando, pero con esfuerzo podemos alcanzarlos. Lo difícil es consolidar el grupo porque muchos jugadores viven en otros municipios y no tienen cómo venir a entrenar”, explica Moreno.
Entrenar sin apoyo
La falta de recursos es una de las principales dificultades del equipo. La Liga exige tener al menos 10 jugadores activos en los entrenamientos para otorgar apoyo, pero muchos de los integrantes no pueden cubrir los costos de transporte y alojamiento en Neiva.
“Tenemos los jugadores, pero no los medios. Hay deportistas con lesiones medulares, amputaciones o parálisis cerebral leve que quieren estar, pero no pueden costear el traslado. Nosotros como club no tenemos cómo asumir esos viáticos”, afirma Moreno con preocupación.
Disciplina y esperanza
El Club Espartanos hace parte de la Liga IWRF (International Wheelchair Rugby Federation) y está afiliado a la Federación Colombiana de Rugby en Silla de Ruedas. Aunque la modalidad no recibe un respaldo constante por parte de los entes gubernamentales, el grupo se mantiene activo.
“Hemos tenido algo de apoyo del municipio en algunos torneos, pero del departamento ha sido muy poco o nulo. Presentamos un proyecto para transporte de los jugadores, pero hasta ahora no hay respuesta”, denuncia Jaime.
Llamado a la inclusión
Moreno invita a las personas con discapacidad en Neiva y el Huila a unirse al club. Los entrenamientos se realizan los lunes y jueves de 6:00 a 8:00 p.m., y los miércoles de 5:30 a 7:30 p.m. en el Coliseo Álvaro Sánchez Silva.
Además, extiende un llamado a empresarios y entidades privadas: “No es solo responsabilidad del Estado. El deporte paralímpico transforma vidas y merece apoyo. Hay mucho talento oculto que no ha podido salir a flote por falta de oportunidades”.
El segundo semestre del año será decisivo para el futuro del equipo. La meta es fortalecer el grupo, vincular nuevos deportistas y competir en el clasificatorio en Bogotá. Aunque las condiciones son adversas, el espíritu es inquebrantable.
“Somos parte de la sociedad. El deporte con discapacidad también construye tejido social. Solo necesitamos una oportunidad para demostrarlo”, concluye Jaime Moreno, con la convicción de quien sabe que, aunque les falte todo, les sobra coraje.




