La Unión Ciclista Internacional (UCI) eligió a Ruanda como sede de los Mundiales de ciclismo, cumpliendo una promesa de expandir el deporte a territorios donde la pasión popular por el pedalismo resulta incuestionable, pero donde todavía existen barreras estructurales. Más de cien años después de la creación del campeonato en 1921, África recibe por primera vez la cita que reúne a la élite mundial del ciclismo de ruta. El evento, que iniciará este domingo en Kigali con las pruebas de contrarreloj masculina y femenina, prevé atraer a más de un millón de espectadores.
La UCI, bajo el liderazgo de su presidente David Lappartient, consideró estratégico llevar los Mundiales al continente africano, destacando el fervor ciclista en países como Eritrea y Ruanda. Para el país anfitrión, la designación representa un triunfo simbólico y político, especialmente treinta años después del genocidio de los tutsis, pues se convierte en una vitrina internacional que fortalece su imagen de nación resiliente y organizada.
Un recorrido desafiante y un favorito indiscutible
Las competencias reinas se disputarán el próximo fin de semana, en un trazado que muchos especialistas ya califican como el más duro en la historia de la competencia. La ruta incluye una sucesión de repechos que culminan en el famoso “muro de Kigali”, con pendientes exigentes y un entorno de alta humedad y altitud, lo que seguramente pondrá a prueba la resistencia de los participantes. El gran favorito será Tadej Pogacar, actual campeón del mundo, quien defenderá su maillot arcoíris frente a rivales de la talla de Remco Evenepoel, Tom Pidcock, Ben Healy y los jóvenes talentos del UAE, Isaac del Toro y Juan Ayuso.
En el caso femenino, todas las miradas se centrarán en Pauline Ferrand-Prévot, quien buscará volver a conquistar el título mundial tras once años de espera, luego de brillar en el Tour de Francia y antes de centrarse en el ciclismo de montaña.
Ruanda muestra su ambición deportiva ante el mundo
Más allá de lo deportivo, la organización de este certamen confirma las ambiciones de Ruanda como epicentro del deporte africano. Kigali ya alberga la Liga africana de básquet y proyecta en el futuro organizar un Gran Premio de Fórmula 1, mientras que la campaña internacional “Visit Rwanda” se exhibe en camisetas de clubes europeos como Arsenal y PSG. Con la celebración de estos Mundiales, Ruanda consolida su posición como anfitrión de eventos de talla mundial, aunque persisten críticas de sectores que denuncian el autoritarismo del presidente Paul Kagame.
El reto será garantizar que la cita no solo brinde un espectáculo deportivo de primer nivel, sino que también impulse el crecimiento del ciclismo africano, limitado hasta ahora por los altos costos de equipos y entrenamiento. Para figuras como Biniam Girmay, referente eritreo y triple ganador de etapa en el Tour de Francia, el evento puede convertirse en una inspiración para jóvenes talentos, aunque admite que la dureza del recorrido no favorece a los corredores africanos.




