Rompiendo las barreras de la discapacidad

Darwin Rodríguez es un ejemplo de superación personal en la capital del Meta. El joven pertenece a la comunidad sorda y junto a su pareja imparten conocimiento a otras personas.
Egan Bernal, ciclista.
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Este mes se celebró el Día Internacional de la Lengua de Señas, celebración que busca garantizar los derechos e igualdad de oportunidades en materia de empleo y educación de la comunidad sorda.

Dicha comunidad en Villavicencio es cercana a las 2,300 personas, de la cuales, muchos son estudiantes que han tenido dificultades para una buena enseñanza debido al desconocimiento de su lengua por aquellos que son hablantes.

Educando

Pese a lo anterior, hay casos como el de Darwin Rodríguez, persona con sordera profunda que trabaja como modelo lingüístico en el Colegio Departamental de la Esperanza y que ayuda a los alumnos con matemáticas, pero también dicta talleres para el entendimiento de la lengua de señas a padres de familia, docentes y particulares externos a la institución.

“Lo que buscamos es que las personas identifiquen la lengua de señas como el idioma de la comunidad sorda y de esta manera se pueda generar un cambio social dentro de los habitantes de la ciudad”, señaló Rodríguez.

Compromiso

Darwin indicó que el rol de un modelo lingüístico es importante ya que el aprendizaje de las señas se hace de manera visual, y así cómo los hablantes tienen el español cómo primera lengua, la comunidad sorda tiene las señas.

Los alumnos de la Institución Educativa se han mostrado muy contentos al tener a Darwin cómo su profesor, aseguran que es muy paciente con las señas y explica de la mejor manera para que todos puedan entender.

Cifras

Según cifras del Instituto Nacional para Sordos en el Colegio Departamental de La Esperanza hay 54 alumnos sordos, mientras en la Institución Educativa Guillermo Niño Medina se encuentran 15.

Por su parte, Ingrid Guio, pareja sentimental de Darwin, trabaja en el Colegio Guillermo Niño donde en la noche enseña a personas sordas adultas, diferentes tipos de manualidades y artesanías que remarcan la cultura llanera y que les sirven cómo idea de negocios y aprovechamiento de su espacio libre.

“Tengo un compromiso con la comunidad sorda para que se supere y cobre mayor relevancia, el objetivo es fortalecer la lengua de señas cómo acceso a la información y conocimiento”, puntualizó Ingrid.

Historia de vida

Fruto de la relación entre Darwin e Ingrid, nació su hija que es oyente, dicen ellos que la comunicación no ha sido difícil, al contrario, al ser sordos pueden interactuar de otras maneras y conectarse mejor con ella. La menor asiste a la escuela y aprende de manera oral, pero una vez en casa usa el lenguaje de señas para comunicarse con sus padres.  


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