Un taxista afectado por un robo a plena luz del día compartió su angustiosa experiencia: «A mí me sacaron elementos de mi taxi en un abrir y cerrar de ojos, estaba al otro lado de la calle, frente al carro y eso no evitó que un tipo llegara rápidamente, metiera la mano y me sacara el producido del día». La indignación en su voz refleja el sentir generalizado entre los habitantes.
«Esto es desesperante», lamentó. Las narraciones de situaciones similares son cada vez más frecuentes, y los residentes del sector sienten que su seguridad está en peligro.
Adicionalmente, la calle 8a con carrera 24, que da acceso al río, se ha convertido en un punto crítico de encuentro para consumidores y vendedores de estupefacientes. Los vecinos recuerdan con preocupación el desalojo de una vivienda ilegal en el lugar hace meses, una medida que, desafortunadamente, no ha surtido el efecto esperado. La casa no fue demolida y, en lugar de ser un alivio, se ha convertido en un refugio peligroso.
La comunidad del barrio San Martín hace un llamado urgente a las autoridades locales para incrementar la presencia policial y los patrullajes en la zona. La situación actual exige acciones inmediatas para restablecer la tranquilidad y seguridad de los habitantes, quienes claman por una respuesta eficaz ante la creciente inseguridad que azota su comunidad.
pie de foto. Marcos Gutiérrez, asaltado.




