En un hecho alarmante, un joven conocido como «Brayan» fue capturado y brutalmente golpeado por los residentes del barrio Quinche, en Pitalito, tras ser acusado de robar un teléfono celular. Según testigos, el sospechoso, junto a una mujer que logró escapar, habría arrebatado el dispositivo a una transeúnte.
La rápida reacción de la comunidad llevó a la detención del asaltante, pero antes de que las autoridades pudieran intervenir, la situación se tornó violenta. Los vecinos, cansados de la inseguridad, decidieron tomar la justicia en sus propias manos, desatando un ciclo de violencia que ha sido motivo de preocupación en la región.
Consecuencias por robar un teléfono celular
La brutal golpiza propinada a «Brayan» no solo refleja la desesperación de la ciudadanía frente al aumento de hurtos, sino que también plantea serias cuestiones sobre el estado del sistema de justicia en Colombia. Muchos habitantes de este concurrido sector expresan su desconfianza hacia la Policía y el sistema judicial, argumentando que no ofrecen la protección adecuada.
Sin embargo, este tipo de acciones pueden tener graves repercusiones. La agresión a un sospechoso no solo pone en riesgo su vida, sino que también puede generar un ambiente de impunidad y retaliación. Las autoridades locales han señalado que es crucial evitar que estas situaciones se normalicen y han reiterado la importancia de denunciar los delitos de manera formal.
Llamado
Ante este creciente fenómeno de la justicia por mano propia, las autoridades han emitido un firme llamado a la ciudadanía para que confíen en las instancias legales. «La violencia no es la solución», afirmaron voceros de los uniformados. «Instamos a la comunidad a utilizar los canales adecuados para denunciar delitos y a colaborar con las autoridades».
El caso de «Brayan» es un recordatorio de que la inseguridad y la desconfianza pueden llevar a la población a actuar de manera peligrosa. Es imperativo que se establezcan mecanismos de diálogo y seguridad que permitan a los ciudadanos sentirse protegidos, sin recurrir a la violencia. La solución a estos problemas radica en fortalecer las instituciones y restaurar la fe en la justicia.
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Pie de foto: “Brayan”, acusado.

															


