La inseguridad se encuentra al acecho en Antioquia; apenas cae la noche, los vándalos salen a sus calles para hacer de las suyas, y esta vez, un grupo de comensales de un reconocido restaurante de Copacabana, ubicado al norte del Valle de Aburrá, fueron víctimas de ellos.
El hecho ocurrió el pasado miércoles 2 de febrero, cuando un grupo de hombres ingresó al lugar y logró llevarse cerca de 24 millones de pesos entre todo lo que robaron, para luego huir en motocicletas, que hasta el momento no han sido identificadas con números de placa.
Según las primeras declaraciones policiales, lo primero que hicieron los delincuentes fue robar la caja registradora del negocio que recogía todas las ganancias producidas durante el día; después, se dirigieron a los clientes del restaurante y con armas de fuego en la mano procedieron a intimidarlos para asaltarlos. Relojes, cadenas de oro, teléfonos móviles e incluso algunas motocicletas pertenecientes a las víctimas fueron parte del botín que los ladrones lograron apoderarse.
La policía emite órdenes de detención
Lo único que se sabe del caso, según las autoridades policiales del Valle de Aburrrá, es que ya se han emitido órdenes de captura contra los responsables del robo, sin especificar cuántos son.
El general Javier Martín Gámez, comandante de la Policía Metropolitana, instó a reportar los robos de inmediato. «Es importante que reporten en tiempo real a la Policía, para que llegue la patrulla del cuadrante o nuestras unidades especializadas de investigación. Ya sea para capturar a los delincuentes en flagrancia o para iniciar las respectivas indagaciones con mayor rapidez».
No ha sido el único robo
Las cámaras de seguridad grabaron en diciembre pasado, otro robo perpetrado en un restaurante de la calle 70, de este municipio también por hombres armados. Las imágenes muestran que los sujetos ni siquiera respetan la presencia de menores en el restaurante, al llegar y sin decir muchas palabras a sus víctimas, sacan sus armas y comienzan a vaciar sus bolsillos.
Una madre, sentada con su hijo, se ve acorralada, mientras que la otra mujer que la acompaña opta por tirarse al suelo en un intento de cubrirse de la posible ráfaga de disparos que pudo producirse en ese momento.
Al cabo de unos segundos, tras el atraco masivo, todos los que se encontraban en el interior del establecimiento de comida salen a denunciar que han sido los desafortunados del vandalismo que se produce de manera significante en la ciudad.




