River Plate perdió el clásico ante Boca en La Bombonera

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River Plate sufrió una dura derrota 2-0 frente a Boca Juniors en La Bombonera, en un superclásico que dejó más interrogantes que certezas sobre el presente del equipo. Los goles de Exequiel Zeballos y Miguel Merentiel sentenciaron a un conjunto millonario que, pese a dominar la posesión, no encontró claridad en el ataque ni solidez defensiva.

El revés no solo dolió por la rivalidad, sino también por el momento del equipo, que no logra mantener regularidad. Con 55% de posesión del balón, River intentó construir desde la tenencia, pero le faltó profundidad para vulnerar a un rival que fue mucho más efectivo. En total, el cuadro visitante registró 8 remates, con 3 al arco, pero sin la contundencia necesaria para marcar la diferencia en un escenario tan exigente.

Uno de los puntos más comentados tras el encuentro fue el futuro del técnico Marcelo Gallardo, cuya renovación sigue siendo una incógnita. Entre los hinchas crece la sensación de que su ciclo podría estar llegando a su fin, luego de varios años de éxito y una reciente etapa marcada por la irregularidad. Algunos sectores de la afición consideran que el equipo necesita una renovación en ideas y liderazgo para volver a pelear en lo más alto.

En cuanto a los jugadores colombianos, Kevin Castaño fue el único titular, cumpliendo un papel discreto en el mediocampo, donde debió luchar más de lo esperado ante la presión constante de Boca. En la segunda mitad ingresaron Juan Fernando Quintero, quien portó la camiseta número 10, y Miguel Ángel Borja, dos nombres que intentaron cambiar el rumbo del partido, pero que poco pudieron hacer ante la solidez defensiva del rival.

El caso de Borja preocupa especialmente dentro del club. Su bajo nivel en los últimos meses y la falta de minutos han alimentado rumores de una posible salida al finalizar la temporada. Aunque su relación con el cuerpo técnico sigue siendo correcta, su continuidad parece cada vez más incierta, y algunos medios locales aseguran que estaría más cerca de salir que de quedarse en River Plate.

River también sufrió en el aspecto disciplinario: acumuló 17 faltas y 7 tarjetas amarillas, reflejo de la frustración que acompañó al equipo durante gran parte del encuentro. En contraste, Boca cometió solo 8 faltas y recibió 3 amarillas, dejando ver un mayor control emocional en los momentos clave del clásico.

La derrota dejó un sabor amargo y una sensación de cierre de ciclo. Si bien Gallardo cuenta con respaldo de parte de la directiva, el descontento en las tribunas y la falta de resultados en partidos decisivos podrían acelerar las decisiones. River Plate deberá replantear su rumbo, tanto en el banquillo como en el plantel, para evitar que esta caída marque el inicio de una nueva etapa de incertidumbre en el club.


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