Risotto de langostinos: un clásico italiano para brillar en la mesa

La cocina italiana vuelve a ser protagonista con una receta que conquista paladares y viste de elegancia la mesa familiar: el Risotto de langostinos al limón y parmesano, un plato que combina mar, frescura y sofisticación en cada bocado.
Deliciosa receta de Rissoto de Langostinos
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Un plato marino y cremoso con el toque fresco del limón, ideal para una cena elegante en casa.

Originario del norte de Italia, especialmente de la región de Lombardía, el risotto se ha convertido en un emblema gastronómico por su textura cremosa y la versatilidad de sus ingredientes. Hoy, esta versión con langostinos y el frescor del limón ofrece una propuesta perfecta para sorprender en una cena especial.

Ingredientes para 4 a 6 personas
• 400 g de arroz arborio (especial para risotto)
• 1 litro de caldo de mariscos (mantener caliente)
• 300 g de langostinos limpios y pelados
• 1 chalota (o cebolla blanca pequeña) finamente picada
• 2 cdas de mantequilla
• 2 cdas de aceite de oliva
• 150 ml de vino blanco seco
• 60 g de queso parmesano rallado
• Ralladura de 1 limón y jugo de medio limón
• Perejil fresco picado
• Sal y pimienta al gusto

Preparación pasó a paso

  1. Sofría la chalota en aceite de oliva con una cucharada de mantequilla hasta que quede transparente.
  2. Incorpore el arroz arborio y remueva hasta que tome un tono nacarado. Añada el vino blanco y deje que se evapore el alcohol.
  3. Vierta el caldo caliente poco a poco, un cucharón a la vez, removiendo constantemente hasta que el arroz quede cremoso y al dente (aprox. 18–20 minutos).
  4. Aparte, saltee los langostinos en mantequilla con una pizca de sal, reservando algunos enteros para decorar.
  5. Finalice el risotto incorporando mantequilla, parmesano, ralladura y jugo de limón. Mezcle suavemente e integre los langostinos.
  6. Sirva caliente, decorado con perejil fresco y los langostinos enteros.

Tips del chef
• Use un caldo casero de mariscos para intensificar el sabor.
• No lave el arroz arborio: su almidón es la clave de la cremosidad.
• Prefiera un vino blanco seco, nunca dulce.
• Añada la ralladura de limón al final para conservar frescura y aroma.
• El parmesano recién rallado realza el carácter del plato

Un cierre perfecto para la mesa familiar
Una copa de vino blanco frío es el acompañante ideal de este risotto que, con sencillez y distinción, convierte cualquier encuentro familiar en una ocasión memorable.


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