Edgar Martinez término altamente lesionado después de una pelea con un taxista
Un nuevo hecho de intolerancia quedó registrado en la localidad de Suba, entre los barrios Delmonte y Gibraltar, al norte de Bogotá. Edgar Oswaldo Martínez, un ciudadano que se movilizaba en su vehículo particular, fue víctima de una violenta agresión por parte de un taxista, quien lo golpeó con un bolillo tras una discusión por un incidente de tránsito. La riña, que inició con un cruce de palabras, terminó con Martínez en un centro asistencial y con contusiones en diferentes partes del cuerpo, incluido un fuerte golpe en la cabeza.
La agresión ocurrió tras un aparente cierre indebido
De acuerdo con versiones entregadas por la familia de la víctima, los hechos ocurrieron el pasado sábado 17 de mayo cuando el taxista, en medio del tráfico, habría cerrado de forma abrupta el paso del carro de Martínez. Esto desató una acalorada discusión verbal entre ambos. Sin embargo, la situación se tornó violenta cuando, al intentar volver a su carro, Martínez fue sorprendido por el taxista, quien descendió de su vehículo armado con un bolillo y lo atacó sin contemplaciones.
El afectado tuvo que ser trasladado de urgencia a un centro médico, donde permanece bajo observación mientras los especialistas evalúan la gravedad de las lesiones. Su familia ha anunciado que, una vez reciban el diagnóstico oficial, interpondrán una denuncia penal contra el agresor.
Investigaciones
Tras investigar los datos del vehículo, los familiares del conductor descubrieron que el taxi, de placas WCM 730, no contaba con los permisos necesarios para operar como transporte público en la ciudad. Esta situación generó aún más alarma, pues se trataría de un vehículo pirata involucrado en una agresión que pudo tener consecuencias aún más graves.
El caso ha generado rechazo en redes sociales y vuelve a poner en evidencia la crisis de intolerancia que se vive a diario en las calles de Bogotá, donde pequeñas disputas de tránsito están derivando en ataques violentos. La ciudadanía exige mayor control de las autoridades tanto en la regulación del transporte ilegal como en el castigo a quienes recurren a la violencia.



