El estrés prolongado puede ser perjudicial para la salud y está relacionado con enfermedades graves como enfermedades cardíacas, hipertensión, diabetes, depresión y ansiedad.
La clave está en reconocer los signos tempranos como dolores de cabeza, falta de concentración o sentirse abrumado, y tomar medidas para controlarlo.
Para prevenir o manejar una crisis de estrés, es importante implementar estrategias como:
1. Ejercicio regular: La actividad física ayuda a liberar tensiones y mejora el estado de ánimo.
2. Respiración profunda y meditación: Practicar la relajación puede disminuir la respuesta «lucha o huida» del cuerpo.
3. Conexiones sociales: Pasar tiempo con amigos y familiares, o hablar con alguien de confianza, puede reducir significativamente los niveles de estrés.
4. Organización: Priorizar tareas y delegar responsabilidades puede evitar sentirse abrumado.
A grandes rasgos, se podría decir que la estrategia más práctica para evitar el estrés es la organización. Es clave para evitar contratiempos que nos alteren.
Asimismo, evitar o reducir el consumo de alcohol, cafeína y tabaco también es clave para mantener el cuerpo en equilibrio, y dormir lo suficiente mejora la resiliencia frente a los factores estresantes.
Es vital recordar que, si el estrés afecta a tu salud de manera severa, acudir a un profesional de la salud es esencial.