El separador de la carrera séptima de Neiva se convertirá en escenario de un ambicioso proyecto urbano: la implementación de un sistema de riego automatizado alimentado con energía solar, valorado en más de 1.300 millones de pesos. La iniciativa, liderada por la Secretaría de Planeación Municipal bajo la dirección de Camilo Fabián Gómez, busca recuperar el espacio público y garantizar el mantenimiento eficiente de las zonas verdes mediante tecnología sostenible.
El sistema contará con un panel de control programable que permitirá realizar riegos automáticos dos veces al día durante 10 minutos, optimizando el consumo de agua y energía. Según Gómez, el proyecto marca un precedente en el manejo ambiental de la ciudad. “Neiva necesita avanzar hacia soluciones modernas y sostenibles. Este sistema no solo embellece la ciudad, sino que también reduce costos operativos a largo plazo”, afirmó el secretario.
A pesar de su componente tecnológico, el anuncio no ha estado exento de polémica. Algunos sectores ciudadanos y veedurías cuestionan la inversión, argumentando que los recursos podrían destinarse a problemáticas más urgentes como la movilidad, el alumbrado o la seguridad. Además, critican que las obras de recuperación paisajística suelen priorizar el “embellecimiento superficial” sobre necesidades estructurales.
Camilo Fabián Gómez respondió que el proyecto cumple con todos los requisitos técnicos y ambientales, e incluye la aprobación del Plan de Manejo de Tráfico (PMT), lo que garantiza su ejecución conforme a la normatividad vigente. “Este tipo de obras no son un gasto, son una inversión que mejora la calidad urbana y fortalece la infraestructura verde”, enfatizó.
Mientras avanza el cerramiento del área de trabajo, la discusión continúa. Defensores del proyecto señalan que la incorporación de paneles solares representa un paso hacia una Neiva más inteligente y autosostenible, coherente con las metas ambientales globales. Sin embargo, los críticos consideran que el municipio debe priorizar la atención de sectores periféricos y proyectos con mayor impacto social.
El sistema de riego automatizado de la carrera séptima se perfila así como un símbolo de la dualidad política y ciudadana: entre la modernización ecológica y la percepción de despilfarro público. Lo cierto es que la administración deberá demostrar que esta apuesta por la innovación no solo se traduce en zonas verdes más bonitas, sino en una Neiva verdaderamente sostenible, funcional y equitativa.




