La noticia sobre la revocatoria de la visa presidencial por parte del Departamento de Estado estadounidense llegó luego de una serie de declaraciones y actos que el Gobierno de Estados Unidos consideró como provocadores, y por ello la medida se difundió en la noche generando inmediata atención mediática y preocupación por la posible afectación de la relación bilateral entre las dos naciones.
Reacciones internas: entre el rechazo y la alarma por el costo
En el país surgieron respuestas encontradas desde la dirigencia política y empresarial, donde figuras del uribismo celebraron la decisión como un gesto correcto desde Washington mientras líderes gremiales como el presidente de la Andi advirtieron con contundencia que <u>los costos económicos para Colombia podrían ser inmensos</u> si se descuidan las relaciones internacionales, puesto que inversiones, cooperación y comercio dependen en buena medida de la estabilidad diplomática y del respeto entre Estados aliados.
Además, congresistas y alcaldes opositores aprovecharon el momento para criticar la conducta presidencial y demandar mayor prudencia en las formas, mientras que por otro lado miembros del gabinete y aliados del Gobierno, incluido el ministro del Interior y el ministro de Trabajo, defendieron la actuación del mandatario argumentando que su postura frente a la crisis en Gaza representa una posición ética que denuncia violaciones de derechos humanos y que por tanto la reacción estadounidense constituye una represalia política y no una decisión técnica.
Respuesta del presidente y efectos prácticos
Finalmente, el presidente Gustavo Petro replicó con un extenso mensaje en el que reafirmó su narrativa sobre el genocidio en Gaza, cuestionó la doble moral de potencias mundiales y aseguró que no necesita viajar para cumplir su papel internacional, declaraciones que, sin embargo, no neutralizan las preocupaciones expresadas por analistas sobre el impacto práctico de la medida en cooperación, visas de empresarios y la percepción de riesgo-país que podría encarecer financiamientos.
En síntesis, la revocatoria de la visa abrió un debate que combina elementos de ética pública, política exterior y economía, y mientras algunos sectores piden calma y diálogo, otros exigen medidas contundentes para proteger intereses nacionales y reducir la exposición del país a consecuencias que, según expertos, podrían alcanzar a la inversión privada y a la dinámica comercial en plazos muy breves.




