El miércoles 21 de mayo, disidentes de las Farc, pertenecientes a la estructura Jaime Martínez, liberaron al niño Lyan Hortúa, quien había permanecido secuestrado durante 19 días.
El menor, de apenas 11 años, fue raptado de su hogar en el corregimiento de Potrerito, zona rural del municipio de Jamundí, en el Valle del Cauca.
Aunque en un principio se afirmó que los captores liberaron al niño por voluntad propia, con el paso de las horas se reveló que su familia pagó una considerable suma de dinero para asegurar su regreso.
Pero el caso no terminó allí. SEMANA obtuvo información que sugiere un trasfondo más complejo, que implicaría a la madre del menor, Angie Bonilla, en una posible conexión con el narcotraficante Diego Rastrojo, reconocido capo del Valle del Cauca extraditado a Estados Unidos.
Las excentricidades de Angie Bonilla
Tras la liberación de Lyan, la atención pública se desvió hacia su madre, quien en redes sociales ha compartido imágenes luciendo joyas, ropa de diseñador, y conduciendo un auto convertible rosado. Las publicaciones generaron polémica, y poco después, Angie decidió restringir el acceso a su cuenta de Instagram.
En TikTok, donde se presenta como ‘Barbie Vanessa’, Bonilla ha mostrado su lujosa boda con Joshua Suárez, actual pareja y padrastro de Lyan. El evento, realizado con gran ostentación, incluyó un vestido de novia con una larga cola, bordados brillantes y una corona de piedras preciosas, todo en un escenario decorado al estilo de un cuento de hadas.
Aunque no está claro cuándo se llevó a cabo la ceremonia, los videos fueron publicados en 2022 y hoy están bajo la lupa del público, justo cuando se investiga el posible vínculo de su entorno con estructuras criminales.
El caso de Lyan Hortúa sigue generando interrogantes no solo por el secuestro en sí, sino por las revelaciones que han salido a la luz sobre su familia y los intereses que podrían estar detrás de su rapto.




