Cinco años después de su descubrimiento, arqueólogos revelan nuevos secretos del sitio Aguada Fénix, el complejo maya más antiguo y grande hallado hasta ahora en México.
Construido hace 3.050 años en el sureste del país, este monumento de tierra con calzadas, canales y corredores fue usado por unos 300 años. Su diseño refleja la visión cósmica de la civilización maya.
Un modelo del universo en tierra
De acuerdo con el estudio publicado en Science Advances, Aguada Fénix fue concebido como una representación del universo. En su centro, los arqueólogos hallaron un pozo en forma de cruz con artefactos de jade y pigmentos de colores.
“El sitio es un modelo del cosmos”, explicó Takeshi Inomata, investigador de la Universidad de Arizona. “Las direcciones y colores simbolizan el orden del tiempo y del espacio”.
La estructura principal, una plataforma de 15 metros de altura y más de un kilómetro de largo, podía albergar a más de mil personas. Su eje este-oeste está alineado con los amaneceres del 17 de octubre y el 24 de febrero, fechas clave en el calendario ritual maya de 260 días.
🛰️ El hallazgo que cambió la arqueología mesoamericana
El complejo fue descubierto en 2020 mediante LiDAR, una tecnología que usa luz láser para detectar estructuras ocultas bajo la vegetación. Gracias a esta técnica, se identificó que la plataforma fue construida sin piedra, motivo por el cual se confundió durante siglos con una colina natural.
“El terreno actual se usa para la agricultura; por eso solo el LiDAR permitió revelar su magnitud”, señaló Verónica Vázquez López, coautora del estudio y profesora de University College London.
Una obra monumental sin reyes ni esclavos
Las excavaciones no hallaron evidencia de jerarquía o trabajo forzado. Según Inomata, el sitio fue construido de manera cooperativa por comunidades que trabajaban juntas durante la estación seca.
Más de 1.000 personas participaron en la obra, dedicando millones de días de trabajo a levantar una estructura de 3,6 millones de metros cúbicos de tierra.
“Aguada Fénix demuestra que grandes construcciones pueden lograrse sin reyes ni esclavos, solo con cooperación”, afirmó el arqueólogo Stephen Houston, de la Universidad Brown.



