Líderes de la Unión Europea se reúnen en Bruselas en una cumbre de emergencia para abordar la creciente crisis migratoria en el Mediterráneo, donde en lo que va del año han muerto más de 2.500 personas intentando llegar a Europa. La reunión busca establecer una política común de acogida y distribución de migrantes entre los países miembros, así como reforzar los recursos para operaciones de rescate y control fronterizo.
El tema ha generado divisiones internas en el bloque, con países como Hungría y Polonia oponiéndose a cualquier mecanismo obligatorio de acogida. Mientras tanto, organizaciones humanitarias denuncian la falta de voluntad política y la criminalización de las ONG que salvan vidas en el mar. La reunión se produce tras el naufragio de una embarcación frente a las costas de Libia que dejó más de 150 muertos, avivando la presión internacional para una respuesta urgente y efectiva.
