Seguridad máxima: no permitidos alcohol, mascotas ni objetos voladores en el festival

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En el marco de la organización de festivales públicos en Colombia, autoridades y organismos culturales han venido adoptando medidas restrictivas de ingreso con el fin de garantizar la seguridad de los asistentes, evitar accidentes y mejorar la logística del evento. Una de esas medidas recurrentes es la prohibición del ingreso de bebidas alcohólicas, envases de vidrio, mascotas (excepto de asistencia), drones y otros objetos considerados de riesgo. Esta política ha sido aplicada en diversos festivales como Rock al Parque, Colombia al Parque y otros eventos “Al Parque” gestionados por entidades culturales distritales.

A continuación, se desarrolla el panorama completo: qué restricciones específicas se aplican, por qué se hacen, qué entidades están detrás de ellas, cómo se gestionan operativamente, qué efectos tienen para los asistentes y también las críticas o vacíos que pueden surgir.


1. Disposiciones oficiales: ¿qué se prohíbe y por qué?

El Instituto Distrital de las Artes (Idartes) y los organismos organizadores han difundido documentos oficiales con “recomendaciones, restricciones y transporte” para los festivales “Al Parque”, que son eventos culturales masivos gratuitos en Bogotá. En esos lineamientos, se especifica que no está permitido el ingreso de bebidas alcohólicas, alimentos, mascotas, envases de vidrio, latas, armas, objetos cortopunzantes, carpas, drones ni cámaras profesionales no acreditadas.

De modo similar, para Rock al Parque, una de las principales citas musicales de Bogotá, las normas son claras: no se permite el ingreso de bebidas alcohólicas, sustancias psicoactivas, personas bajo su efecto, latas, envases de vidrio, mascotas, cámaras profesionales (con trípodes o elementos especiales) ni drones.

La razón oficial detrás de estas restricciones gira en torno a:

  • Seguridad: los envases de vidrio o latas pueden convertirse en proyectiles en una multitud o causar cortes si se rompen accidentalmente.
  • Manejo de emergencias y evacuación: con menos objetos voluminosos o peligrosos, el flujo de salida es más fácil de coordinar en caso de incidentes.
  • Control operativo: menos objetos inseguros (drones, herramientas, carpas) facilitan las labores del personal de seguridad, logística y primeros auxilios.
  • Protección del bienestar animal: en el caso de mascotas, el ambiente de ruido, aglomeración y calor no es adecuado para muchos animales domésticos, salvo que sean perros de asistencia con acreditación.
  • Prevención de alteraciones del orden público: el consumo de alcohol y la presencia de objetos riesgosos suelen asociarse con conflictos.

En algunos festivales, se habilitan zonas de consumo responsable de bebidas alcohólicas — pero esas zonas están estrictamente reguladas y sólo pueden ingresarse y operarse bajo autorización. Por ejemplo, en Rock al Parque existe un área especial donde solo mayores de 18 años pueden consumir bebidas alcohólicas verificando identificación.

Además, los organizadores advierten que todo artículo retenido no será responsabilidad de la organización en cuanto a su custodia.


2. ¿Cómo se implementa esto operativamente?

Para que estas medidas sean efectivas, los festivales aplican varios mecanismos:

  • Revisión obligatoria en los accesos, con puntos de chequeo donde los asistentes pasan por detectores, revisión de bolsos y consignas.
  • Señalización clara: cartelería visible indicando qué se puede y no se puede llevar, con advertencias previas en redes sociales, páginas oficiales, boletos, folletos y medios de prensa.
  • Personal de seguridad capacitado: guardas, policías, personal logístico formados para detectar objetos no permitidos y abordar conflictos.
  • Puntos de depósito o retención: en algunos casos, los elementos no permitidos pueden ser retenidos (no destruidos) para retiro posterior, si la organización lo permite.
  • Zonas de apoyo, primeros auxilios y puntos de encuentro: para emergencias, presencia médica y logística.
  • Restricciones adicionales de equipamiento fotográfico/profesional: cámaras con trípodes u otros accesorios están prohibidas salvo para prensa acreditada.
  • Control sobre drones: no se permite su uso durante el evento por el riesgo que implica vuelo en aglomeraciones.

También se hacen recomendaciones a los asistentes, como llevar ropa y calzado cómodos, protección solar, llegar con anticipación y evitar asistir bajo los efectos del alcohol.


3. Efectos para el público y consideraciones prácticas

Estas prohibiciones tienen ventajas y retos para quienes asisten. Entre los beneficios:

  • Mayor sensación de seguridad y orden.
  • Menor riesgo de accidentes por vidrio roto, objetos en el aire o conflictos.
  • Fluidez en el ingreso y salida del evento.
  • Menor carga de logística de seguridad en lo referente a objetos peligrosos.

Pero también hay incomodidades:

  • Quienes desean llevar bebidas personales quedan limitados.
  • Familias con mascotas no acreditadas no pueden asistir con sus animales de compañía.
  • Los fotógrafos aficionados pueden sentirse restringidos si no están acreditados.
  • Algunas personas critican que las restricciones puedan sentirse excesivas o percibidas como una restricción de libertades civiles.

Para reducir molestias, muchas organizaciones informan con antelación, permiten ciertos objetos pequeños (botellas plásticas sin tapa, por ejemplo) o dan facilidades para dejar objetos no permitidos en consignas externas, si el espacio lo permite.


4. Casos recientes y precedentes en Colombia

Estas restricciones no son nuevas ni únicas de un evento aislado:

  • En el festival Colombia al Parque 2025, Idartes advirtió claramente que el acceso no permitiría ingreso de bebidas alcohólicas, mascotas, envases de vidrio, latas, drones, carpas, entre otros.
  • En festivales como Rock al Parque, las normas han sido similares desde ediciones previas, reforzando la práctica como estándar para eventos multitudinarios en Bogotá.
  • En festivales de otros géneros (por ejemplo Hip-Hop al Parque) también se aplican restricciones semejantes, como prohibición de carpas, bebidas alcohólicas o mascotas.
  • En eventos locales, ferias o fiestas regionales, es habitual la prohibición de envases de vidrio o ingreso de mascotas, por razones de orden público. Por ejemplo, en Armenia, durante las Fiestas Aniversarias, se prohibió el ingreso de bebidas embriagantes en envases de vidrio y se exigieron envases tipo tetrapack.

Estos antecedentes indican que la medida del “no ingreso de bebidas alcohólicas/envases de vidrio/mascotas/drones” ha sido adoptada por múltiples festivales como estándar de seguridad y logística.


5. Valoración crítica y retos pendientes

Aunque la medida tiene justificaciones válidas, también presenta desafíos:

  • Excepciones: ¿qué pasa con personas con discapacidad, mascotas de asistencia, necesidades médicas específicas? Las normas suelen contemplarlas, pero la operación puede fallar.
  • Transparencia y claridad: hay ocasiones en que los asistentes no conocen con antelación todas las restricciones o cambian de un año a otro sin aviso.
  • Capacidad de retención: si muchos objetos son retenidos, debe existir un sistema eficiente de custodia para que no se pierdan ni se dañen.
  • Costos operativos: los controles requeridos implican recursos humanos, capacitación y equipamiento — lo cual encarece la logística del evento.
  • Flexibilidad vs. rigidez: encontrar el equilibrio entre seguridad y experiencia del usuario es un reto constante.

En general, se trata de una medida que busca priorizar la seguridad del público en eventos de alta concurrencia. Para muchos asistentes, la restricción se asume como parte del protocolo. Para otros, puede sentirse una limitación razonable, aunque generalmente aceptada en el contexto de eventos públicos.


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