RESILIENCIA FEMENINA

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Jessica Trujillo transformó el Tolima con talleres de autocuidado, arte y saberes ancestrales.

En medio de contextos marcados por la violencia y la exclusión, un colectivo de mujeres decidió abrir un camino de sanación y transformación social. Se trata de Mujeres Territorio de Paz, una iniciativa tolimense que, desde el arte, el autocuidado y la memoria, ha recorrido múltiples municipios del centro del país sembrando solidaridad y empoderamiento femenino.

En 2024, con el respaldo del Ministerio de las Culturas, las Artes y los Saberes, desarrollaron el proyecto Inspiración femenina, una ronda de talleres que incluyó círculos de la palabra, formación en saberes ancestrales, uso de plantas medicinales y arte comunitario. El recorrido abarcó municipios del Tolima, Caldas, Quindío y Cundinamarca, con impacto especial en mujeres rurales y jóvenes estudiantes.

Apuesta

“Queremos que cada mujer reconozca su fuerza interior, levante la voz frente a la injusticia y fomente la solidaridad entre nosotras”, afirma Jessica Trujillo, fundadora del colectivo. Mujeres Territorio de Paz apuesta por una transformación que va más allá de lo simbólico: promueve la búsqueda de alternativas económicas sostenibles, el respeto por la naturaleza y la creación de redes entre mujeres.

Desde la sororidad, este colectivo ha logrado construir espacios seguros para conversar sobre autoestima, memoria y resistencias femeninas, en contextos muchas veces atravesados por conflictos o falta de oportunidades. La práctica artística se convierte en una herramienta vital para construir comunidad y sanar las heridas individuales y colectivas.

Autogestión

Aunque el proyecto Inspiración femenina fue financiado en 2024 por el programa Jóvenes por el Cambio, hoy el colectivo opera sin recursos institucionales. En su empeño por continuar, lanzaron una rifa de un kit de autocuidado valorado en $300.000, que incluye productos artesanales y elementos para el bienestar físico y emocional.

Además de sostener sus actividades, las integrantes del colectivo se han articulado con redes comunitarias del Tolima y otros departamentos. Hoy más que nunca, su llamado es claro: el cuidado, la palabra y la organización de las mujeres son caminos para construir paz desde los territorios.

En un contexto en el que los apoyos institucionales suelen ser limitados y fugaces, iniciativas como Mujeres Territorio de Paz demuestran que la transformación social también nace desde lo pequeño, lo cotidiano y lo comunitario. Su apuesta por el cuidado colectivo y la reconstrucción del tejido social merece ser visibilizada y respaldada por quienes creen en una paz que no solo se firma, sino que se cultiva con arte, dignidad y resistencia.


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