Rene Rosero lo vuelve a hacer: Pasto entrega otra victoria en bandeja

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Deportivo Pasto volvió a ceder puntos en el último suspiro del partido, esta vez ante Águilas Doradas, repitiendo el guion trágico de la fecha anterior. El equipo nariñense empató 2-2 luego de ir ganando cómodamente 0-2 gracias a un doblete de Yohan Stiven Valois, pero una vez más, la incapacidad táctica del técnico René Rosero quedó expuesta al no saber manejar la ventaja ni ajustar a tiempo ante el evidente crecimiento del rival.

Las estadísticas no mienten. Águilas Doradas remató 22 veces contra apenas 13 de Pasto, tuvo el 66% de la posesión y completó 455 pases, casi el doble que los 241 del equipo volcánico. ¿Cómo se pretende sostener un resultado sin tener la pelota y sin una idea clara de circulación o presión tras pérdida? Pasto se limitó a defender, y lo hizo mal, sin bloque compacto, sin repliegue coordinado y con una línea defensiva que parecía improvisada.

René Rosero ha demostrado que dirigir a Deportivo Pasto le queda inmensamente grande. Su lectura del juego es nula: no reacciona a tiempo, no hace cambios estratégicos sino desesperados, y sobre todo, no tiene una propuesta futbolística reconocible. Su equipo se diluye en el segundo tiempo, sus jugadores parecen no tener instrucciones claras, y lo más grave, no hay jerarquía táctica para sostener resultados.

Este es el segundo partido consecutivo en el que Deportivo Pasto deja escapar la victoria en los últimos minutos. Lo de ayer, con el empate al 90’ de Jorge Rivaldo Pinto, fue un calco de lo sucedido en la jornada pasada. El patrón se repite, y la responsabilidad es enteramente del banco. Rosero no sabe cerrar partidos, no prepara mental ni estratégicamente a su equipo para los momentos de presión, y eso ya está costando puntos claves en la tabla.

A pesar de marcar dos goles de visitante, Pasto fue superado ampliamente en todos los rubros del juego. Solo tuvo un 34% de posesión, una precisión de pases del 68% (contra 82% del rival), cometió más faltas (18) y recibió más tarjetas amarillas (5). Todo esto apunta a un equipo desordenado, con reacciones tardías, obligado a cortar con falta ante la ausencia total de una estructura defensiva real.

La gestión de Rosero, además de limitada en lo técnico, se nota carente de liderazgo. El equipo no juega a nada, no transmite seguridad ni competitividad. Lo de ayer fue una muestra más de un plantel a la deriva, sostenido únicamente por los destellos individuales de jugadores como Valois, pero condenado por un cuerpo técnico que parece más un obstáculo que una guía.

Deportivo Pasto necesita con urgencia un nuevo entrenador. Alguien con experiencia, con ideas frescas y con conocimiento real del juego. No se puede seguir regalando puntos por decisiones mal tomadas desde el banco. René Rosero ya demostró que no está a la altura del reto. Es momento de que la dirigencia actúe, porque con él al mando, Pasto no solo seguirá empatando partidos ganables: seguirá perdiendo el respeto de sus hinchas y la seriedad como institución profesional.



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