Cuarenta años después de la tragedia que sepultó a más de 25.000 personas bajo el lodo del Nevado del Ruiz, Armero vuelve a latir entre sus ruinas. En las antiguas paredes de la iglesia de San Lorenzo, un hallazgo conmueve al país: el presbiterio original del templo, oculto desde 1985 bajo toneladas de piedra y escombros, fue descubierto por un grupo de expertos que trabaja para rescatar la memoria del pueblo desaparecido.
El proyecto, impulsado por la Curia, la Gobernación del Tolima y la Alcaldía Municipal, busca transformar el dolor en un símbolo de vida y resistencia. Catalina Prada Alvis, especialista en Conservación y Restauración del Patrimonio Arquitectónico, explicó que durante la liberación de los escombros encontraron “sorpresas maravillosas, como el presbiterio original que permanecía enterrado desde la tragedia”.
La intervención combina arte, historia y participación ciudadana. Los visitantes podrán recorrer el sitio y observar una obra artística que evoca el antiguo retablo, en un homenaje a la fe y la fortaleza de los armeritas. Además, se habilitará una plataforma digital para que los sobrevivientes compartan recuerdos de bautizos, comuniones o matrimonios celebrados en el templo.
Con técnicas reversibles y respetuosas, las ruinas de San Lorenzo se consolidan como un santuario de memoria. “Esperamos que los visitantes cuiden este espacio sagrado, símbolo de esperanza y unión”, expresó Prada. Así, el corazón espiritual de Armero vuelve a brillar entre el polvo del pasado.


