El primer ministro británico, Boris Johnson, lanzó «campaña de emergencia» para paliar el impacto de la variante ómicron que pretende administrar un millón de vacunas contra el covid-19 cada día hasta final de año.
«Póngase la inyección de refuerzo para proteger los empleos y el bienestar de todos en el país», dijo en un mensaje televisado.
El revisado plan adelanta en un mes el objetivo de inyectar la dosis de refuerzo –la tercera en la mayoría de los casos– a los mayores de 18 años.
Para ello, se movilizarán 42 equipos militares en las regiones de Inglaterra a fin de ayudar en la habilitación de unidades móviles y otros centros adicionales de vacunación.
«Siento decir que afrontamos ahora una emergencia en nuestra batalla con la nueva variante ómicron y debemos reforzar nuestro muro de protección vacunal para mantener a salvo a nuestros amigos y queridos», dijo el primer ministro en su mensaje a la nación.
Johnson atraviesa una crisis de confianza de la población en general y los medios y la clase política, en particular, ante la escalada de indicios de que en su oficina se ignoran las reglas de la pandemia.
La facción «ultralibertaria» de su grupo parlamentario amenaza con rebelarse en la Cámara de los Comunes y votar el martes 14 de diciembre en contra de las limitaciones del Plan B de choque del coronavirus, que se han introducido recientemente.
La intensificación de la vacunación ayudaría a contener el avance de la variante –con los contagios duplicándose cada dos o tres días– y evitar imponer nuevas restricciones, que enfurecen a los conservadores más radicales.
«Nadie debe dudar de que se aproxima un maremoto de ómicron», urgió en su residencia oficial de Downing Street.




