Según el registrador nacional, Hernán Penagos, hay varias causas que lo hacen inviable:
- Tiempo agotado / plazos cumplidos
Los tarjetones ya se imprimieron en su totalidad y el proceso ha avanzado a la etapa de distribución hacia las mesas de votación. Hacer modificaciones implicaría romper el cronograma electoral, lo cual afectaría la realización oportuna de la consulta. - Capacidad técnica, logística y presupuestal limitada
No hay ni tiempo ni recursos para volver a producir millones de tarjetones con los estándares requeridos. Además, el diseño ya fue aprobado, firmado y contratado. Cambiarlo implicaría un costo logístico enorme y complicaría la integridad del proceso. - Tarjetas con elementos de seguridad y asignación específica
Los tarjetones no son documentos simples: tienen sellos de seguridad, están rotulados para mesas específicas y su cadena de distribución es controlada. Reimprimir implicaría interferir con esa integridad y la trazabilidad ya establecida. - Riesgo de afectar la integridad del proceso electoral
Cualquier modificación tardía podría generar confusión, inconsistencias en la distribución y eventual ineficiencia en la capacitación de jurados u organización logística.
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