La decisión de reanudar la medida de pico y placa en Tunja, que había sido suspendida temporalmente desde el 26 de diciembre de 2024, deja muchas dudas. Aunque se presenta como una solución para reducir la congestión vehicular en el centro histórico, no parece haberse hecho un análisis profundo sobre su efectividad ni sobre las alternativas viables para mejorar la movilidad.
La suspensión temporal de la medida fue establecida por el alcalde de Tunja, Mikhail Krasnov, mediante el Decreto 0483 de 2024, y se extendió hasta el 10 de enero. Durante ese período, no se aplicaba la restricción, pero como no afecta los fines de semana, volvió a entrar en vigor el lunes. Esto evidencia una falta de planificación adecuada.
El problema es que la restricción se mantiene sin considerar alternativas como la mejora del transporte público o el fomento de otros medios de transporte sostenibles. Esto muestra una falta de visión para abordar los problemas reales de la ciudad. Mientras tanto, la congestión sigue siendo un problema constante. La administración de Krasnov demuestra la falta de un plan integral para mejorar el transporte en Tunja.
La reactivación del pico y placa puede aliviar temporalmente el caos vehicular, pero no resolverá los problemas de fondo si no se considera un enfoque más amplio y sostenible. La Alcaldía de Tunja debe reflexionar sobre cómo mejorar realmente la movilidad, dejando de lado soluciones parciales que solo abordan un problema superficial sin cambiar la estructura del tráfico en la ciudad.
