La reforma a la salud propuesta por el Gobierno está en un punto crítico. En estos momentos se debate en el Congreso, en particular en la Comisión Séptima del Senado, donde han surgido dudas fiscales, discrepancias políticas y preocupaciones por la situación de la Nueva EPS.
Una de las principales críticas es que algunas ponencias del Ministerio de Hacienda han presentado cálculos diferentes, lo que genera desconfianza entre los congresistas que analizan si los recursos disponibles alcanzan para sostener los cambios propuestos.
Además, la crisis que atraviesa la Nueva EPS con deudas acumuladas y falta de solvencia se suma como un factor que complica la implementación de un sistema más robusto de salud.
Los legisladores de oposición y algunos sectores técnicos advierten que sin claridad fiscal y sin garantías de financiación permanente, la reforma podría quedar en buenas intenciones o generar problemas prácticos en la prestación de servicios.




