El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, firmó un decreto este viernes para reducir retroactivamente los aranceles sobre una serie de importaciones agrícolas clave, entre ellas la carne de res, el café, los plátanos y los tomates, en respuesta a crecientes presiones por el costo de vida.
Contexto de la medida
- Los aranceles que se aplicaban a estos productos formaban parte de una estrategia más amplia que Trump impulsó este año, conocida como “aranceles recíprocos”, que iban de un 10 % hasta un 50 % dependiendo del país y del producto.
- Según la Casa Blanca, la flexibilización responde a que algunos bienes esenciales no se producen en suficiente cantidad dentro del país, por lo que los altos gravámenes estaban generando un fuerte impacto sobre los consumidores.
- Aunque la nueva orden exime estos productos de las tasas más altas, no significa una eliminación total de los aranceles. Por ejemplo, los tomates procedentes de México —un proveedor fundamental para el mercado estadounidense— seguirán sujetos a una tasa del 17 %.
Por qué Trump da este viraje
- La medida llega en un momento de malestar ciudadano: muchos estadounidenses tienen preocupaciones crecientes por la asequibilidad de bienes básicos, especialmente alimentos.
- El Tesoro de EE.UU. también ha mencionado que esta decisión está relacionada con los avances en negociaciones comerciales con países como Argentina, Ecuador, El Salvador y Guatemala, todos grandes exportadores de los productos beneficiados por la exención arancelaria.
- Según el secretario del Tesoro, Scott Bessent, la intención es aliviar “rápidamente” los precios, sobre todo para alimentos que tienen poca producción local.
Implicaciones para consumidores y economía
- Al quitar o reducir estos aranceles, el objetivo central del gobierno es bajar los precios de comida básica y aliviar la carga económica sobre los hogares.
- Para algunos economistas y críticos, este movimiento representa un reconocimiento implícito de que las políticas anteriores de Trump —que defendían los aranceles como herramienta para proteger la industria nacional— contribuyeron, en parte, a la inflación de bienes esenciales.
- Desde la perspectiva comercial, también es un gesto hacia los socios latinoamericanos, reforzando los lazos con países que exportan esos bienes a Estados Unidos.
Productos eximidos
Además de los ya mencionados (carne de res, café, plátanos, tomates), la orden incluye otros productos agrícolas como aguacate, mangos, piñas, cocos, cítricos, te (negro y verde), especias (canela, nuez moscada), entre otros.
La exención es retroactiva: aplica desde la medianoche del jueves previo a la firma del decreto.
Críticas y riesgos
- No todos los aranceles desaparecen: algunos se mantendrán, lo que podría limitar el impacto en los precios según el origen del producto.
- Hay preguntas sobre si los importadores trasladarán las reducciones al precio final o si parte del beneficio quedará en cadenas de distribución.
- Algunos analistas advierten que esta medida podría ser más un acto político que una política estructural: el descontento por el alza del costo de vida ha sido una crítica recurrente a la administración, y este movimiento podría interpretarse como una respuesta a la presión electoral.
- En paralelo, persisten riesgos de dependencia de importaciones de alimentos que Estados Unidos no produce suficientemente, lo que podría debilitar la autosuficiencia en ciertos rubros.
Qué sigue
- La Oficina del Representante Comercial de EE.UU. (USTR) y el Departamento del Tesoro revisarán el impacto económico de la medida para evaluar si las exenciones deben mantenerse o ampliarse.
- Se espera que las negociaciones comerciales con los países latinoamericanos avancen y se materialicen acuerdos que consoliden este nuevo marco arancelario.
- Es probable que entidades de consumidores y analistas monitoreen de cerca los precios en supermercados en las próximas semanas para ver si la medida tiene efectos reales sobre la cesta básica.
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