El más reciente informe iTracking Digital de la firma Guarumo, correspondiente al mes de octubre, revela un fenómeno interesante en el panorama político colombiano: figuras con posturas ideológicas opuestas como Abelardo de la Espriella, Iván Cepeda y Daniel Quintero lideran las interacciones en redes sociales. Aunque sus discursos son distintos e incluso antagónicos, comparten un factor clave en común: una fuerte presencia digital que les permite movilizar audiencias y marcar agenda en plataformas como X (antes Twitter), Facebook e Instagram.

Este comportamiento evidencia cómo las redes sociales se han convertido en espacios clave para el posicionamiento político, más allá de los canales tradicionales de comunicación. La alta interacción no solo refleja respaldo o rechazo, sino también la capacidad de generar conversación y polarización. En este contexto, la influencia digital puede tener un peso similar —o incluso mayor— que la visibilidad mediática o la representación institucional, especialmente de cara a los debates nacionales.
La medición también refleja una transformación en la manera en que los ciudadanos se relacionan con la política: el contenido emocional, la confrontación directa y la capacidad de reacción inmediata se han vuelto elementos esenciales para captar atención. Mientras tanto, los partidos tradicionales siguen rezagados en estrategias digitales efectivas, lo que deja el escenario abierto para que voces individuales —desde distintas orillas ideológicas— tomen protagonismo en la esfera pública virtual.




