Una operación conjunta liderada por la Fiscalía General de la Nación, con apoyo de la CAR, el Ejército Nacional, la Policía y la Fuerza Aeroespacial Colombiana, permitió desarticular una red criminal que operaba al interior de la Reserva Forestal Protectora Productora de la Cuenca Alta del río Bogotá, en el municipio de Suesca, Cundinamarca.
Durante el operativo fueron capturadas siete personas sorprendidas en flagrancia mientras quemaban madera a cielo abierto para la producción de carbón vegetal, una práctica ilegal que representa un serio riesgo ambiental. Las autoridades encontraron múltiples pilas de madera en combustión y otras listas para ser quemadas. También se evidenció una extensa mancha negra en el suelo, resultado de esta actividad altamente contaminante y prohibida por las normas ambientales.
Gracias a una denuncia ciudadana y al uso de drones, se pudo documentar el impacto en el ecosistema, incluyendo fauna desplazada. Una imagen simbólica del daño fue el hallazgo de una rana sabanera refugiada entre desechos plásticos, señal del desequilibrio en el hábitat natural. La CAR advirtió que las quemas de madera tratada, estibas y restos de muebles generan gases tóxicos capaces de contribuir a la formación de lluvia ácida y causar afectaciones graves a la salud humana.
A pocos metros del lugar también fue descubierta una mina subterránea que operaba sin permisos legales. Allí se encontraron dos bocaminas activas, evidencia de tala indiscriminada y campamentos improvisados, lo que llevó a la captura de otras tres personas por minería ilegal.
La Corporación Autónoma Regional reveló que, entre 2024 y lo corrido de 2025, se han abierto más de 300 investigaciones por delitos ambientales en Cundinamarca, la mayoría aún sin una sanción definitiva. Las autoridades reiteraron su llamado a la ciudadanía para seguir denunciando este tipo de crímenes contra el ambiente, fundamentales para preservar el equilibrio ecológico de la región.



