A finales de agosto de 2025, una nueva oleada de redadas migratorias coordinadas por agencias federales impactó a comunidades trabajadoras en el sur de California. Las operaciones, focalizadas en autolavados locales, han generado preocupación y protestas, al tiempo que autoridades y defensores cuestionan su legalidad y repercusión social.
Detalles del operativo
Un caso emblemático ocurrió en Long Beach, donde agentes federales, en vehículos no identificados, irrumpieron repentinamente en negocios como Andres Car Wash y Coast Hand Car Wash. En uno de ellos se detuvieron al menos a cuatro personas; en otro, el total ascendió a nueve trabajadores. Las detenciones estuvieron marcadas por una ausencia de orden judicial visible, según relatan testigos y trabajadores, lo que ha despertado acusaciones de perfilamiento laboral y étnico.
El impacto fue tangible. El dueño del autolavado, identificado solo como «Andres», informó que su negocio tuvo que cerrar temporalmente por falta de personal —una señal clara del efecto paralizante en la economía local—.
Contexto legal y resistencia
Este tipo de acciones ocurre mientras se mantiene una orden judicial que prohíbe arrestos basados únicamente en aspectos como la apariencia, idioma o lugar de trabajo, especialmente en sitios como autolavados o supermercados. Pese a dicha restricción, los raids no han cesado, lo que ha intensificado tensiones entre el gobierno federal y autoridades estatales, así como defensores de derechos humanos.
En Anaheim, las autoridades locales calificaron las redadas del último fin de semana como «las más significativas y disruptivas» en semanas. En un caso se utilizó incluso una granada de humo antes de realizar la detención de un peatón, quien resultó arrestado a pesar de no ser empleado del lugar.
Repercusiones comunitarias
Grupos como ÓRALE y el CLEAN Carwash Worker Center han denunciado un creciente patrón de hostigamiento en lugares frecuentados por trabajadores migrantes. Exigen transparencia, apoyo legal y un alto a las redadas indiscriminadas.
Por su parte, en redes sociales circulan videos que muestran escenas dramáticas: agentes encapuchados persiguiendo empleados, detenciones sin advertencia previa y comunidad enterada por testigos o redes —todo alimentado por la preocupación de estar en riesgo por simplemente trabajar —.




