Autoridades colombianas, en conjunto con la Agencia Europea de Cooperación Policial (Europol) y otras instancias internacionales, desmantelaron una red de trata de personas operando en la ciudad de Medellín. Se reportaron múltiples capturas, rescate de víctimas y acciones de seguimiento a rutas de tráfico humano tanto nacionales como transfronterizas.
La operación incluyó investigaciones en terreno, intercambio de información entre agencias extranjeras y seguimiento financiero a los responsables. Se identificaron patrones de coacción, explotación sexual y laboral, manejo de documentos falsos y rutas clandestinas hacia otros países de la región.
Este avance es considerado un golpe significativo contra redes delictivas que operan con impunidad. Sin embargo, las autoridades reconocen que no es suficiente con capturar delincuentes: se requiere fortalecer la prevención social, protección de víctimas y cooperación interinstitucional para inhibir que aparezcan nuevas estructuras criminales.




