El senador del Pacto Histórico, Pedro Flórez, visitó el Huila para presentar su proyecto de ampliar en 33 los municipios PDET del país, incluyendo ocho de este departamento: Gigante, Íquira, Garzón, La Plata, Tello, Aipe, Campoalegre y Colombia. La propuesta suena ambiciosa, pues busca reivindicar territorios golpeados por el conflicto armado, la pobreza y la ausencia estatal. Sin embargo, la noticia, lejos de ser un triunfo asegurado, destapa preguntas sobre la verdadera capacidad de gestión y ejecución de estos recursos.
Iniciativa
Aunque Flórez afirmó que con esta iniciativa se abrirían puertas a proyectos financiados por el OCAD Paz, la realidad es más compleja. Incluir a los municipios en la lista PDET no garantiza por sí mismo inversión inmediata ni soluciones de fondo a décadas de abandono institucional. La medida, según críticos, parece más un discurso cargado de expectativas electorales que una ruta clara con respaldo presupuestal.
Hoy, Algeciras es el único municipio huilense dentro de los PDET y, aun así, sus avances han sido lentos y limitados. ¿Qué asegura que los otros ocho corran con mejor suerte? El riesgo es que los anuncios se queden en promesas mientras las comunidades continúan esperando respuestas concretas.
Discurso y realidad
El senador, en su visita a Gigante, habló de justicia territorial y reparación histórica. Sin embargo, sin claridad sobre el monto real de los recursos, los tiempos de aprobación y la voluntad política del Gobierno nacional, sus palabras parecen más un acto de vitrina política que un compromiso con soluciones inmediatas.
El Huila, aunque “beneficiado” en los papeles, corre el riesgo de volver a ser escenario de la eterna brecha entre anuncios y realidades.
