Con profundo dolor, el rector Gabriel Patarroyo del colegio San José dio su versión sobre el asesinato del vigilante José Luis Ríos, quien fue brutalmente atacado dentro de la institución. En un recorrido por las instalaciones, el directivo relató los hechos y defendió la gestión del plantel frente a las acusaciones de negligencia.
“José Luis era una persona excepcional, un gran ser humano, era mi amigo. Me escoltaba cuando llegaba, me aconsejaba. Me duele mucho su partida”, expresó el rector, visiblemente afectado por lo sucedido.
Frente a los señalamientos por falta de seguridad, explicó que los recursos para la instalación de cámaras ya estaban asignados, pero aún en trámites administrativos. Agregó que los fondos solicitados para adecuar la zona de preescolar por donde habría ingresado el asesino aún no habían sido desembolsados.
El directivo aseguró que el presunto responsable conocía perfectamente el colegio y se movió con total facilidad por las instalaciones. Afirmó también que durante el ataque los tacos de energía fueron bajados, dejando al colegio completamente a oscuras. “De todas maneras, no hubieran servido las cámaras porque bajaron los tacos”, dijo.
Según información conocida, el vigilante habría frustrado un intento de hurto el día anterior. Esto se considera el posible móvil del asesinato ocurrido al día siguiente, cuando José Luis Ríos fue atacado con arma blanca. Herido de gravedad, alcanzó a recorrer parte del colegio y la calle en busca de ayuda, pero murió desangrado.




