El corregimiento de Mondomo, en Santander de Quilichao, continúa afrontando las
secuelas del ataque armado ocurrido el sábado 15 de noviembre, cuando un grupo
insurgente ejecutó una ofensiva simultánea contra la zona urbana y la subestación
de Policía. Ocho días después de la emergencia, la comunidad combina labores de
limpieza, acompañamiento a las familias afectadas y actividades simbólicas que
buscan fortalecer la unidad del territorio.
El miércoles 19 de noviembre, la comunidad asistió a una Misa por la Unidad y la
Paz en la parroquia Nuestra Señora del Carmen, presidida por monseñor Omar
Alberto Sánchez Cubillos, un espacio que convocó a habitantes, líderes y
autoridades locales para reflexionar sobre la protección del territorio.
El domingo 23 y lunes 24 de noviembre se adelantó una caminata por la paz,
acompañada por una Gran Donación a favor de los damnificados, con el liderazgo
del alcalde Luis Eduardo Grijalba, secretarios de despacho, concejales,
organizaciones étnicas y colectivos comunitarios. Durante la jornada se recibieron
materiales e insumos destinados a la reconstrucción de viviendas y
establecimientos.
La Administración anunció además una Jornada de Declaraciones para el miércoles
3 de diciembre, en el barrio Las Veraneras, con el fin de consolidar el registro de las
familias afectadas y avanzar en procesos de reparación y ayudas humanitarias.
Diana Guerrero, artista, se unió a esta jornada, que también contó con
presentaciones artísticas, manifestando: “Deseo que La Paz y el amor de Dios esté
con nosotros, hoy me sumo a este evento solidario por mi gente linda de mondomo”.
A pesar de las afectaciones y la pérdida material, las familias de Mondomo han
resaltado la importancia del acompañamiento comunitario y del apoyo institucional
en estos días de incertidumbre. Líderes sociales han insistido en que la
reconstrucción no solo implica levantar paredes, sino también recuperar la confianza
y la tranquilidad de un territorio profundamente golpeado. Mientras avanzan los
censos y se gestionan ayudas, la comunidad mantiene activa una red solidaria que
incluye ollas comunitarias, espacios de escucha y la articulación de grupos juveniles
y culturales que buscan aportar desde su experiencia al proceso de recuperación.



