La incertidumbre crece en Pitalito, Huila, tras la desaparición de Alex Antonio Muñoz Torres, un joven del corregimiento de Bruselas que fue visto por última vez el pasado 26 de julio. Según sus familiares, Alex salió de su casa en la vereda El Pensil, luego de que un supuesto amigo lo llamara para pedirle que lo acompañara al corregimiento de Criollo. Le aseguró que su madre había sufrido un accidente fatal y que necesitaba apoyo. Desde entonces, no se sabe nada de su paradero.
ALERTA
La situación genera especial preocupación, pues la zona donde ocurrió la desaparición es reconocida como centro de operaciones de grupos armados ilegales, escenario recurrente de violencia y reclutamientos forzados. Autoridades y habitantes coinciden en que el contexto incrementa el riesgo para los jóvenes, convirtiendo este caso en un llamado urgente para reforzar las medidas de seguridad y la acción institucional en el sur del Huila.
BÚSQUEDA
La familia de Alex confirmó que el joven se movilizaba en una motocicleta prestada por su padre cuando desapareció. Desde entonces, se han desplegado labores de búsqueda, sin resultados. Las autoridades locales activaron protocolos para ubicarlo, mientras organizaciones comunitarias se suman a la recolección de información que pueda aportar pistas sobre su paradero. Sin embargo, la falta de noticias y el silencio en la zona alimentan la preocupación.
ESPERANZA
En un video difundido en redes sociales, los familiares de Alex hicieron un llamado desesperado para obtener información. Admiten que temen lo peor, dada la ola de violencia que azota la región, pero insisten en no perder la esperanza de encontrarlo con vida. “Confiamos en que regrese pronto a casa”, expresaron, al tiempo que pidieron a las autoridades nacionales intensificar las investigaciones y no descartar ninguna hipótesis.
VIOLENCIA
Este caso pone nuevamente sobre la mesa la vulnerabilidad de los jóvenes en áreas rurales donde persisten actores armados ilegales. La desaparición de Alex no solo golpea a su familia, sino que revive el temor colectivo en Bruselas y sus alrededores, comunidades que claman por garantías de seguridad y una presencia estatal más efectiva para frenar el avance de estos fenómenos.
