En un incidente de intolerancia ocurrido en el barrio Villa Juliana de Villavicencio en horas de la mañana del pasado domingo 17 de marzo, un hombre de 35 años identificado como Alexander Enrique Espinosa Manota resultó herido luego de ser agredido con un puñal por el novio de su sobrina.
Según el relato del padre de la víctima, quien también se encontraba en la vivienda, todo sucedió durante la madrugada del pasado domingo 17 de marzo. El presunto agresor llegó en estado de embriaguez y comenzó a causar disturbios frente a la puerta de la casa, exigiendo ver a su pareja.
Al percatarse de la situación, Alexander Enrique salió para ver lo que sucedía e intentar calmar al hombre, informándole que su sobrina no se encontraba allí, ya que ella no vivía en ese lugar, y sugiriéndole que se retirara debido a su estado de embriaguez.
Sin embargo, la discusión escaló rápidamente y el agresor sacó un arma cortopunzante, hiriendo a Alexander en la región infraescapular izquierda. Ante los gritos de la víctima, su padre acudió rápidamente para asistirlo, mientras que el agresor decidió alejarse del lugar.
Posteriormente, la familia de Alexander contactó al cuadrante de la Policía para reportar el incidente, preocupada por la posibilidad de que el agresor regresara. Después de lo ocurrido, la víctima fue trasladada un centro asistencial, donde recibió atención médica para descartar complicaciones graves a raíz de la herida.
A pesar de lo ocurrido, Alexander Enrique ha decidido no presentar cargos contra su agresor, argumentando que se trata del novio de su sobrina, por lo que no quiere generar más problemas en la familia, manifiesta que en dado caso la situación escale y el suceso se vuelva a repetir sí tendrá que acudir con las respectivas autoridades.
Las autoridades de la Policía Nacional, aprovecharon esta situación para hacer un llamado a la ciudadanía a mantener la calma y evitar situaciones violentas, especialmente relacionadas con el consumo de alcohol.
Por el momento, Alexander Enrique Espinosa Manota se encuentra recuperándose de su herida, su familia pide discreción ante la salutación, ya que manifiestan que se trata de un conflicto interno familiar y ellos pueden controlar la situación.

