REBOSAMIENTO DE AGUAS NEGRAS

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La comunidad del barrio El Samán en Neiva, denuncia el colapso del alcantarillado

Preocupación, frustración y daño material es lo que viven actualmente los habitantes del barrio El Samán de Neiva, quienes denuncian el colapso del sistema de alcantarillado tras lo que consideran una conexión irregular de apartamentos a una red ya deteriorada. Lina Chavarro, vocera de la comunidad, afirma que el problema ha sido reiteradamente puesto en conocimiento de Aguas del Huila, pero hasta ahora no han recibido soluciones concretas.

Peticiones

“Como comunidad intentamos impedir que se hicieran esas conexiones, pero al final no fuimos escuchados. Cuando nos reunimos con el gerente de Aguas del Huila, nos dijo que nosotros no teníamos autoridad sobre la zona exterior a nuestras casas, solo desde la puerta hacia adentro. Pero nosotros advertimos el riesgo de colapso… y ahora ya lo estamos viviendo”, relata Chavarro.

La problemática comenzó cuando algunas viviendas se conectaron a una red de alcantarillado que, según los vecinos, ya mostraba signos de deterioro. Sin embargo, la situación empeoró cuando también fueron conectados apartamentos construidos en la misma urbanización, lo que habría saturado el sistema y generado rebosamiento de aguas residuales en varias casas.

“Ya vinieron a destapar, pero el daño está hecho. Varios hogares se vieron afectados. Incluso los operarios que vinieron a atender el rebosamiento nos dijeron que el alcantarillado está completamente dañado y que pertenece a la empresa Egres. Entonces, ¿quién responde?”, cuestiona la vocera.

Los vecinos de El Samán exigen a las autoridades municipales y a las empresas responsables tomar cartas en el asunto. Solicitan la revisión técnica inmediata del sistema de alcantarillado y una solución definitiva antes de que la situación se agrave aún más.

Falta de medidas

La comunidad también llama la atención sobre la falta de regulación en las nuevas construcciones de la zona y la ausencia de planificación en la infraestructura de servicios básicos. “Esto no es solo un problema técnico, es una muestra de cómo la falta de control y respuesta institucional termina afectando directamente la calidad de vida de los ciudadanos”, concluye Chavarro.

Mientras tanto, los habitantes del barrio continúan enfrentando el riesgo de inundaciones, malos olores y posibles afectaciones a la salud pública. La denuncia está hecha y la comunidad espera ser escuchada. Los residentes han tenido que improvisar soluciones temporales, como levantar muros de contención en las entradas de sus casas o utilizar bombas manuales para evacuar las aguas residuales que invaden sus patios. Algunos vecinos han reportado síntomas respiratorios y molestias estomacales, lo que incrementa su preocupación por un eventual brote de enfermedades. Además, manifiestan sentirse abandonados por las autoridades locales, que hasta ahora no han realizado inspecciones técnicas formales.


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