Hoy fue un día triste para la realeza británica y especialmente para la Reina Isabel quien volvió a sus actividades luego de cinco meses de no poderlo hacer por problemas de salud luego de su contagio por COVID-19. En el homenaje al Duque de Edimburgo y quien falleció el 9 de abril estuvo acompañada por su hijo, Andrés, quién estuvo involucrado en un grave escándalo por abuso sexual a una menor del que afortunadamente salió bien librado.
A sus 95 años, la reina lució impecable con un vestido completamente de verde oscuro y un bastón que la ayudaba a desplazarse siempre del brazo de su hijo favorito.
Según varios medios internacionales afirmaron que durante el acto de acción de gracias a su difunto esposo, Isabel II se vio conmovida, triste y decaída, incluso se le vio llorar en un momento de la ceremonia.
La familia en pleno la acompañó y no solo fue su hijo Andrés también estuvieron el resto de sus hijos, nietos y bisnietos.
En lista de asistentes había unas 800 personas en la Abadía de Westminster y que contrastó con lo que pasó en el funeral que por el tema de la pandemia el acceso fue muy restringuido.




