Ratifican su condena por corrupto

Raúl Alberto Moreno Trujillo, exmiembro del CTI del Huila, fue condenado en segunda instancia por cohecho.
Raúl Alberto Moreno Trujillo, exmiembro del CTI del Huila, fue condenado en segunda instancia por cohecho.
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En un golpe contundente contra la corrupción, Raúl Alberto Moreno Trujillo, exfuncionario del Cuerpo Técnico de Investigación (CTI) del Huila, ha sido condenado en segunda instancia por cohecho. El Tribunal Superior de Florencia ratificó la sentencia inicial: 48 meses de prisión y una multa de casi 95 millones de pesos (66.66 salarios mínimos legales mensuales vigentes). El caso, que data de 2014, revela una red de corrupción donde un agente buscó lucrarse de su posición privilegiada.

La propuesta indecente

Los hechos se remontan al 5 de febrero de 2014, en Florencia, Caquetá. Moreno Trujillo, en vacaciones, contactó al investigador de la Sijín, Oscar Alejandro Posada, y al jefe, teniente Diego Vicente Sepúlveda Rocha. Su propuesta: solicitar un allanamiento a una vivienda en el barrio ‘Abbas Turbay’, donde, según él, se ocultaban cuatro canecas con armas y dinero de las Farc.

El plan secreto

La Fiscalía destapó un plan aún más audaz. De encontrar las canecas, solo se reportaría una. Las tres restantes serían divididas entre los participantes: Policía, Fiscal Diego Mosquera, el CTI y los informantes. Un esquema para desviar bienes incautados, traicionando la ley y la confianza pública.

Testimonios clave

La Jueza Tercero Penal del Circuito basó su sentencia en los testimonios del patrullero Oscar Alejandro Posada, el teniente Diego Vicente Sepúlveda Rocha y el fiscal Diego Francisco Mosquera. La jueza les otorgó plena credibilidad, considerando sus declaraciones coherentes y detalladas, demostrando que Moreno Trujillo extendió un ofrecimiento ilícito para apropiarse de dinero y armas.

Moreno Trujillo intentó justificar sus acciones como una simple búsqueda de un funcionario competente para el allanamiento. Sin embargo, la jueza desestimó esta defensa, concluyendo que su relato buscaba justificar sus actos para llegar a un servidor público capaz de ordenar el allanamiento, con el objetivo de apoderarse de los objetos almacenados en las canecas. Se subrayó que Moreno Trujillo se valió de su condición de servidor público del CTI para abordar a los policías y al fiscal, lo que le permitió adelantar las actuaciones con un «fin ilícito».

Apelación Rechazada

La defensa apeló, argumentando inconsistencias. Se señaló un error en el rango de un policía y se cuestionó la participación de exmilitares. El magistrado ponente desestimó estos argumentos, confirmando la condena. Este caso es un recordatorio de la importancia de la integridad en el servicio público y la lucha contra la corrupción. La condena de Moreno Trujillo envía un mensaje claro: el abuso de poder y la traición a la confianza pública tienen consecuencias.


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