La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) ratificó recientemente que el macaco de cola larga (Macaca fascicularis) se mantiene en la categoría de «En peligro de extinción», tras una revisión solicitada por una organización científica. Esta decisión pone en evidencia el serio deterioro de sus poblaciones silvestres y reaviva un debate entre conservacionistas y la industria biomédica.
Según el informe de la UICN, la especie enfrenta una marcada reducción en su hábitat, sobrevivencia y área de distribución. Las causas incluyen la destrucción de su entorno natural, la caza, el comercio de mascotas y su amplia utilización en investigación científica
⚠️ Dos visiones en choque
- Desde la conservación: Organizaciones como PETA celebraron la decisión, señalando que “la ratificación está basada en la ciencia” y representa un paso necesario para frenar el uso indiscriminado de la especie en laboratorios.
- Desde el mundo científico-biomédico: La Asociación Nacional para la Investigación Biomédica (NABR) impugnó la valoración. Argumentó que la especie no se encuentra en peligro real, y que su reclasificación atentaría contra investigaciones médicas esenciales.
🔍 Implicaciones
La decisión de la UICN implica que los países deberán reforzar acciones de monitoreo, protección de hábitat y regulación del comercio internacional de macacos de cola larga. Al mismo tiempo, se abre la interrogante de cómo equilibrar la ética de la conservación con la necesidad de investigación científica que emplea estos primates como modelo animal.
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Ratifican al macaco de cola larga como una especie en peligro de extinción y se prende un debate científico


