Tunja atraviesa horas decisivas mientras el alcalde ruso Mikhail Krasnov enfrenta un triple frente judicial que amenaza con sacarlo del cargo. La Procuraduría ya lo sancionó en primera instancia con destitución e inhabilidad por 14 años, aunque él insiste en que no cometió falta alguna y que su contrato con la UPTC es meramente académico.
El panorama más crítico se juega en la Fiscalía: el 9 de septiembre deberá responder en audiencia de imputación por interés indebido en la celebración de contratos. La acusación señala que habría beneficiado a un abogado a cambio de retirar una demanda electoral. Si se le impone medida de aseguramiento, quedará automáticamente fuera del despacho.
En paralelo, el Consejo de Estado avanza en el estudio de una presunta inhabilidad que, de confirmarse, invalidaría desde el inicio su elección. Expertos aseguran que el fallo podría conocerse en menos de dos semanas, abriendo paso a elecciones atípicas en el último trimestre del año.
Mientras tanto, en el círculo interno ya suena un relevo temporal: el secretario del Interior, David Suárez Acevedo, hombre de confianza de Krasnov. Sin embargo, el verdadero pulso está en los posibles sucesores, con nombres como Rafael Acevedo, Vicente Aníbal Ojeda, Mauricio Reyes y el sacerdote Víctor Manuel Leguízamo en el sonajero.
La pregunta de fondo es quién logrará capitalizar el vacío de poder: ¿respaldará Krasnov a un heredero desde las sombras? ¿Se impondrá el Partido Verde o el Pacto Histórico en medio de resistencias internas? Lo cierto es que la capital boyacense entró en una tormenta política que podría definir su rumbo en cuestión de días.




