Los gatos son animales muy territoriales, y si en determinado momento deciden que un espacio es suyo, harán todo lo posible por adueñarse de él. Esto no es negativo cuando ocurre con sus propias cosas, como sus juguetes, rascador o cojín, pero cuando comienza a suceder con tu cama, es momento de ponerle un alto. Proporciónale a tu felino un espacio cómodo y acogedor en otra parte de la casa. Un cojín suave o una cama específica para animales pueden ser alternativas atractivas. Aplica repelentes naturales en tu cama, como esencias de cítricos o lavanda, o coloca almohadas con estas fragancias, los felinos suelen evitar estos olores.
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Refuerza el comportamiento deseado mediante el uso de premios, recompensa a tu gato cuando elija su propia cama en lugar de la tuya. Antes de dormir, juega con el animal para que queme energía, pues un minino cansado es más propenso a buscar su propio lugar para descansar. Utiliza barreras físicas como redes o protectores de cama diseñados para evitar que se suba, solo asegúrate de que sean cómodos y seguros. La consistencia es clave en el entrenamiento, así que permitas que se suba a la cama en ciertos momentos y luego lo prohíbas en otros.

Coloca golosinas o juguetes en la cama que has designado para tu gato. Asociará este espacio con experiencias positivas. Mantenlo entretenido con juguetes interactivos, la estimulación mental y física puede reducir la necesidad de invadir tu cama. Proporciona un refugio elevado para tu gato, como un rascador con plataformas, a muchos gatos les gusta tener una vista panorámica desde un lugar alto. Si la mascota persiste en subir a la cama a pesar de tus esfuerzos, consulta con el veterinario, ya que podría haber razones de salud o comportamiento que requieran atención profesional.

