A la hora de desarrollar masa muscular, no todas las carnes ofrecen los mismos beneficios. La clave está en elegir cortes magros, ya que estos favorecen mejor la recuperación y el crecimiento del músculo después del entrenamiento.
Las carnes magras, como el lomo, el solomillo o la pierna desgrasada, contienen proteínas completas de alta calidad y un bajo contenido de grasa. Esto permite que los nutrientes se absorban más rápidamente y estimulen eficazmente el crecimiento muscular.
Por el contrario, las carnes con alto contenido graso, aunque tengan la misma cantidad de proteínas, retrasan la digestión y pueden interferir con el proceso de recuperación muscular. Comer carne grasa justo después de entrenar reduce el aprovechamiento de los nutrientes, y el cuerpo no obtiene el máximo beneficio para desarrollar músculo.
¿Qué carne conviene evitar?
Para quienes buscan aumentar su masa muscular, conviene evitar los cortes grasos, sobre todo en las comidas posteriores al entrenamiento. El exceso de grasa no solo ralentiza la digestión, sino que también puede afectar procesos clave en el cuerpo responsables del crecimiento muscular.
