Son los extremos de los cromosomas. Son regiones de ADN no codificante, altamente repetitivas, cuya función principal es la estabilidad estructural de los cromosomas en las células eucariotas, la división celular y el tiempo de vida de las estirpes celulares. Además están involucrados en enfermedades tan importantes como el cáncer.
Como un proceso celular normal, durante cada división de la célula una pequeña porción de ADN telomérico se pierde. El acortamiento de los telómeros ocurre en cada replicación del ADN y, si continúa, conduce a la degradación cromosómica y muerte celular. La longitud de los telómeros en humanos se ha estimado que decrece a una tasa de 24,8-27,7 pares de bases por año. La longitud de los telómeros puede, por tanto, servir como un reloj biológico para determinar la esperanza de vida de una célula y un organismo.
Cuando finalmente los telómeros se quedan tan pequeños que ya no pueden proteger el ADN, las células dejan de reproducirse: alcanzan un estado de senectud o vejez.
Por eso, la longitud de los telómeros se considera un «biomarcador de envejecimiento» clave a nivel molecular, aunque no es el único, y en años recientes ha atraído la atención de numerosas investigaciones.
El problema de la replicación de los extremos
A diferencia de los cromosomas bacterianos, los cromosomas de eucariontes son lineales (con forma de bastón), lo que significa que tienen extremos. Estos extremos representan un problema en la replicación del ADN. Justo en los extremos del cromosoma, el ADN no se puede copiar completamente en cada ronda de replicación y por resultado se observa un lento y gradual acortamiento del cromosoma.
¿Por ocurre esto? Cuando se copia el ADN, una de las dos nuevas cadenas de ADN en una horquilla de replicación se hace continuamente y se llama cadena líder. La otra cadena se produce en muchos fragmentos pequeños llamados fragmentos de Okazaki, cada uno de los cuales comienza con un cebador de ARN y se conoce como cadena rezagada. (Para más información, revisa el artículo sobre replicación del ADN).
Fumar
Fumar incrementa el estrés oxidativo, acelera el acortamiento de los telómeros y puede aumentar la tasa del proceso de envejecimiento. Un estudio en el que se analizaron los telómeros de leucocitos en mujeres indica que el ADN telomérico se pierde con una tasa de 24,8-27,7 pares de bases por año. Fumando diariamente un paquete de tabaco, se pierden 5 pares de bases más. Por tanto, podemos calcular que el desgaste de los telómeros a causa de fumar un paquete de tabaco al día durante un periodo de 40 años es equivalente a 7,4 años de vida.

