El Consejo de Seguridad de Naciones Unidas aprobó con 13 votos a favor y abstenciones de Rusia y China una resolución basada en el plan de paz para Gaza promovido por Donald Trump.
Este plan, ampliamente detallado por Trump, incluye la creación de una Junta de Paz internacional que lideraría una administración transitoria en Gaza, bajo su presidencia, para supervisar la reconstrucción y la gobernanza hasta al menos 2027.
Principales componentes del plan aprobado
- Fuerza Internacional de Estabilización (ISF): Se desplegará para asegurar las fronteras de Gaza con Israel y Egipto, proteger a civiles, acompañar corredores humanitarios y colaborar con la desmilitarización del enclave.
- Gobierno de transición: Se establecería un comité tecnocrático palestino, sin filiación partidista, para administrar los servicios civiles bajo supervisión de la Junta de Paz.
- Reconstrucción económica: Se propone un plan de desarrollo urbano liderado por expertos para reconstruir la infraestructura de Gaza, con una zona económica especial para atraer inversiones.
- Desarme de Hamás: Uno de los puntos más polémicos es la desmilitarización de la milicia, con supervisión internacional y recompra de armas.
- Derechos de los gazatíes: Según el plan, nadie sería obligado a abandonar Gaza, pero quienes decidan irse tendrían derecho a regresar, y se garantizaría que la ayuda humanitaria ingrese bajo mecanismos neutrales.
Advertencias y críticas al plan
- Soberanía limitada: Algunos analistas y organizaciones de derechos humanos advierten que colocar el control de Gaza en manos de una institución internacional liderada por Trump y otros líderes extranjeros podría socavar la autodeterminación palestina.
- Control externo: El plan centraliza el poder en una Junta Internacional de Paz, lo que genera preocupación sobre una tutela externa prolongada.
- Desarme difícil: No está claro cómo la ISF logrará desarmar a Hamás por completo, dado que su infraestructura subterránea y redes militares son complejas.
- Desplazamiento y derechos humanos: Aunque el plan afirma que nadie será forzado a salir, críticos recuerdan que propuestas anteriores contemplaban desplazamientos masivos.
- Condiciones para un Estado palestino: El plan menciona la posibilidad de un Estado Palestino en el futuro, pero bajo condiciones muy estrictas de reforma institucional y seguridad, lo que muchos consideran un “Estado condicionado”.
- Desconfianza de Hamas: El grupo islamista ha rechazado partes del plan, especialmente las que implican desarme y exclusión política, argumentando que se trata de una imposición.
- Derechos humanos: El Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos ha advertido que cualquier deportación forzada estaría prohibida por el derecho internacional.
Posible impacto y próximo paso
Para Trump y sus aliados, la aprobación representa un gran logro diplomático: convierte el plan en una hoja de ruta con respaldo legal internacional. La ISF tendría un mandato legal para operar, y la Junta de Paz sería el órgano principal para dirigir la reconstrucción y reestructuración.
Por otro lado, para muchos palestinos y actores regionales, este acuerdo abre un debate sobre cuestiones fundamentales: ¿es una paz real o una ocupación disfrazada? ¿Existe un plan de salida para la participación democrática de Hamás o para la creación de un Estado palestino pleno?
Mientras tanto, las reacciones internacionales han sido mixtas: la Unión Europea y algunos países árabes apoyan el plan, pero insisten en que la solución de dos Estados sigue siendo la clave para una paz duradera.



