El sexo es un elemento clave en muchas relaciones de pareja pero esto no implica que siempre sea sencillo o que ambos estén sincronizados en cuanto a sus deseos. Puede suceder que uno de los dos pierda interés en el sexo o que sus niveles de deseo no coincidan, lo cual puede generar frustración y hacer que te sientas aislado en la relación si no sabes cómo abordarlo.
De acuerdo con los expertos en terapia sexual, muchas parejas experimentan diferencias en su apetito sexual. Es un problema común que lleva a muchas personas a buscar ayuda en terapia o a buscar respuestas en línea, con el objetivo de comprender lo que está ocurriendo y encontrar maneras de recuperar el equilibrio en su vida íntima.
Aunque el sexo no es lo único que define una relación, junto con la comunicación y los intereses compartidos, es una parte importante para mantener la conexión emocional. Cuando la vida sexual no fluye como debería, es natural sentir que algo está fallando o pensar que la relación podría estar en peligro. Sin embargo, este no es siempre el caso. A veces, buscar la ayuda de un profesional puede ofrecer una perspectiva más clara para avanzar y resolver el problema de una forma en la que ambos se sientan cómodos y sin presiones.
Estos son algunos de los consejos más habituales que los terapeutas ofrecen a quienes se enfrentan a la falta de interés sexual en su relación y se preguntan qué pueden hacer para mejorar esta situación.
Comunicación abierta (y escucha activa)
No resolverás nada guardando tus sentimientos o preocupaciones. Debes expresar tus necesidades de manera clara y honesta. Si tu pareja no sabe que algo te incomoda, será imposible trabajar en una mejora. La sinceridad y la apertura son esenciales.
Al mismo tiempo, es importante recordar que una relación es de dos. No solo debes hablar de tus inquietudes, también necesitas escuchar lo que tu pareja siente. Comprender qué la ha llevado a perder interés en el sexo es clave para encontrar una solución.
Intenta algo diferente
Expresar tus preocupaciones es solo el comienzo. También es necesario que propongas cambios y estés dispuesto a ajustar ciertos comportamientos. Basándote en lo que converses con tu pareja, identifica qué es lo que no está funcionando y exploren juntos nuevas alternativas que les resulten atractivas a ambos. No se trata de tener relaciones sexuales todo el tiempo, sino de que los encuentros sean satisfactorios.
No presiones (pero sigue intentando)
Presionar a alguien para que tenga sexo es contraproducente. En lugar de hacer que tu pareja se acerque más a ti, podría lograr el efecto contrario. Lo mejor es crear un ambiente de seducción y hacer cosas que sabes que le gustan y que han funcionado en el pasado.
Al principio, puede que las cosas no cambien de inmediato, pero si sigues intentando sin forzar, criticar o juzgar, es probable que la actitud de tu pareja empiece a cambiar con el tiempo.
Enfócate en los aspectos positivos
Centrarse únicamente en lo negativo puede aumentar el estrés y la frustración. En su lugar, es útil priorizar aquellas cosas que te agradan de la relación, lo que te hace sentir bien y lo que más disfrutas. Reducir la presión sobre la vida sexual puede, eventualmente, mejorar la intimidad.
Considera buscar ayuda externa
Aunque puede no ser lo primero que tengas en mente, a veces la perspectiva de un profesional puede ofrecerles una visión más clara de la situación y ayudarles a encontrar soluciones. Un terapeuta puede determinar si la falta de deseo sexual está relacionada con otros factores y proponer estrategias para mejorar la relación desde varios ángulos.
