Somos hijos de una generación donde el hombre era la cabeza de familia y la mujer era quien organizaba la casa y los hijos. No es casualidad entonces que aún con nuestros hijos tengamos vestigios de ello en la forma de criar y educar. Lo bueno de toda esta apertura social es que poco a poco son los propios niños los que van marcando el ritmo y nos enseñan día a día a erradicar esas conductas que ponen al hombre por encima de la mujer, aún sin darnos cuenta.
Micromachismos en la vida cotidiana
El concepto de micromachismo está muy presente hoy en la sociedad. Se trata de gestos -algunos muy sutiles- que ponen a la mujer en lugar de inferioridad. Estos gestos perpetúan el rol machista del hombre y ejercen violencia cotidiana contra la mujer.
Si tienes un hijo varón, presta atención a estos conceptos -algunos muy arraigados- para poder desmitificarlos y reelaborarlos, en pos de una sociedad más justa y hermanada.
Los hombres deben mantener a su familia
Si bien es cierto que en las últimas décadas el modelo social posicionó al hombre como proveedor, hoy este rol es compartido con la mujer. Estamos en condiciones entonces de enseñar a nuestros hijos que el hecho de que su compañera gane más o tenga un rol jerárquico no lo hace menos hombre.
Jugar a la mamá o a la familia es cosa de niñas
Décadas atrás los niños de mi barrio jugaban a la pelota o a las canicas. Jamás ninguno de los varones de mi vecindario se unió a mis amigas a jugar con los bebés y la cocinita. Hoy, con agrado, veo cuántos niños y niñas comparten el juego de la familia, donde cada uno tiene un rol y no siempre el mas importante es el de la madre, como antaño, sino que cada miembro es importante.
“Lloras como una niña”
Llorar no es cosa de hombres, dicen muchos, ¿verdad? Este erróneo concepto provoca que el niño esconda sus emociones y se avergüence de lo que siente. Como padres, decirle a un hijo que “llora como una niña” no es solo invalidar sus sentimientos, sino insultar inconscientemente al género femenino, pues cuando se lanza esa frase se dice en modo peyorativo.
Eres un niño ¿cómo no te gusta el fútbol?
A tu hijo puede gustarle el baile, la pintura o el tenis. Sin embargo, la sociedad insiste en que los varones se amiguen desde muy pequeños con patear la pelota. Debemos escuchar a nuestros hijos, y si el fútbol no es de su agrado, simplemente acompañarlo en aquello en lo que demuestra interés.
No puedes jugar con las niñas
Los nenes con los nenes y las nenas con las nenas es cosa del pasado. Muchos padres se preocupan porque sus hijos varones juegan mucho con niñas. Sin embargo, esto no tiene que ver necesariamente con su identidad sexual, por lo que lo ideal es dejar que nuestros hijos jueguen libremente a lo que quieran y con quienes se sientan cómodos.
Los quehaceres son cosas de mujeres
Inevitablemente, los niños aprenden con el ejemplo que ven en sus casas. Si un niño crece viendo a sus padres repartir las tareas del hogar, seguramente lo replique en su vida futura. Por fortuna, la sociedad está evolucionando y cada vez más los hombres colaboran y entienden que los quehaceres son cosa de hombres y mujeres.




