Qué es el mindfulness y cómo potenciar sus beneficios en la salud emocional, según una experta

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Qué es exactamente el mindfulness

Una experta lo definiría como la capacidad de:

Observar tus pensamientos, emociones y sensaciones corporales

Sin reaccionar automáticamente

Con curiosidad y amabilidad, en lugar de juicio

Regresando la atención una y otra vez al presente

En términos simples:
Es entrenar tu mente para estar donde está tu cuerpo.

Beneficios del mindfulness en la salud emocional

La evidencia científica muestra que la práctica regular puede:

1. Reducir la ansiedad y el estrés

Ayuda a disminuir la reactividad fisiológica (como tensión elevada, respiración acelerada o pensamientos catastróficos).

2. Mejorar la regulación emocional

Permite identificar tus emociones antes de que escalen, lo que facilita gestionarlas con calma.

3. Fortalecer la resiliencia

Las personas que practican mindfulness desarrollan mayor capacidad para recuperarse tras situaciones adversas.

4. Potenciar la autoaceptación

La práctica fomenta una relación más amable con uno mismo, disminuyendo la autocrítica excesiva.

5. Mejorar la concentración y la claridad mental

Favorece la atención sostenida y la capacidad de tomar decisiones sin impulsividad.

Cómo potenciar sus beneficios, según expertas en la práctica

1. Empezar con prácticas cortas (5 minutos)

Las expertas recomiendan sesiones breves pero constantes. La clave es la regularidad, no la duración.

Ejercicios recomendados:

Respiración consciente

Escaneo corporal

Observar pensamientos como “nubes que pasan

2. Integrarlo en actividades cotidianas

El mindfulness más transformador no se hace solo sentado, sino mientras vives.

Ejemplos:

Comer sin pantallas

Caminar sintiendo la pisada

Ducharte prestando atención a temperatura y sensaciones

Escuchar a alguien sin anticipar respuestas

3. Entrenar la autocompasión

Expertas como Kristin Neff destacan que la autocompasión es el “brazo emocional” del mindfulness.
No basta con observar: también hay que tratarte con amabilidad, sobre todo cuando cometes errores.

4. Usar recordatorios ambientales

Poner señales visuales ayuda a volver al presente:

Notas adhesivas

Alarmas suave

Fondos de pantalla con frases breves (“Respira”, “Aquí y ahora”)

5. Practicar la respiración 3-3-3

Una recomendación habitual en psicología clínica para regular emociones:

Inhala 3 segundos

Mantén 3

Exhala 3

Hazlo 3 veces.
Baja la activación emocional en menos de un minuto.

6. Tomar un curso guiado (MBSR o MBCT)

Estos programas probados científicamente potencian los beneficios gracias a:

Acompañamiento experto

Prácticas variadas

Rutina establecida

Son especialmente útiles si buscas manejar ansiedad, depresión o estrés crónico.

7. Ser paciente con el proceso

El mindfulness es como ir al gimnasio emocional:
Los cambios no aparecen de un día para otro, pero con la práctica, la mente se vuelve más presente y menos reactiva.

Si quieres, puedo ayudarte con:

Una rutina diaria de mindfulness

Un guion de meditación inicial de 5 minutos

Ejercicios para ansiedad, estrés o insomnio

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