Anchorage, Alaska. — El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y su homólogo ruso, Vladímir Putin, se encuentran este viernes en la Base Aérea Elmendorf para una reunión que podría marcar un giro en la guerra de Ucrania. Es la primera vez que Putin pisa territorio occidental desde el inicio de la invasión en 2022, un gesto que rompe parcialmente su aislamiento internacional.
El encuentro, propuesto por el propio líder ruso, se desarrollará primero a puerta cerrada y luego en un almuerzo de trabajo con asesores. Trump, que advierte sobre un “25% de probabilidades de fracaso”, asegura que la cita es exploratoria y que cualquier acuerdo final incluiría a Ucrania, aunque el presidente Volodímir Zelenski no fue invitado y mantiene su rechazo a ceder territorios ocupados.
La decisión de Trump de suavizar temporalmente sanciones para permitir la llegada de la delegación rusa ha generado críticas, mientras manifestantes en Anchorage expresan apoyo a Kiev. Analistas advierten que Putin podría ofrecer concesiones aparentes para ganar tiempo, mientras opositores rusos piden que se aborde la liberación de presos políticos y civiles ucranianos detenidos.
La comunidad internacional sigue de cerca esta cumbre, que podría redefinir el curso del conflicto o, por el contrario, reforzar la posición de Moscú sin avances reales en el terreno.
